Una estampa muy poco habitual en la ciudad sorprendió ayer a viandantes y conductores. Más de 300 jinetes montados sobre sus caballos atravesaron Vigo, desde la calle Ramón Nieto hasta la playa de Samil con motivo de la ruta caballar. La cita no ha dejado de crecer en número de participantes, consolidándose en su cuarta edición como un evento imprescindible para los amantes de este animal.

"Los niños nos miraban impresionados", reconoce Hilda Álvarez, organizadora de la marcha junto a su marido, Manuel Carrera. Ambos son jinetes y hace cuatro años decidieron orquestar "una reunión de amigos" con los que comparten esta afición. La cita, que en un principio pretendía ser íntima, atrajo a cerca de 100 participantes. "Fue en aumento y la cosa va a más", señala Álvarez.

La ruta atrae a vecinos de Vigo y de otros Concellos, que acuden con múltiples ejemplares. Pero este evento no es una feria, no hay compradores y vendedores, sino que se trata de un encuentro lúdico. "Cada uno viene con su propio caballo, llegamos hasta la playa de Samil y después comemos juntos", explica Álvarez. El punto de partida es el bar que regentan ella y su marido, donde se gestó la idea. Desde ahí discurren hasta Plaza España, Plaza América y así hasta recorrer los casi 10 kilómetros que hay hasta Samil.

La playa es su destino final porque los animales no pueden disfrutar de este entorno habitualmente. Álvarez explica que todas las rutas las realizan por el monte pero que ellos querían llevar a sus caballos hasta la arena, un lugar en el que pueden recrearse, como así lo hicieron. "En verano no podemos hacerlo porque la gente está en la playa, así que escogimos esta fecha".

Álvarez y su marido están dispuestos a repetir la reunión el año que viene, pero reconocen que ante la elevada participación de este año están valorando "pedirle ayuda al Concello" porque "requiere de mucha organización".