Dos mandos de la Guardia Civil acusados de extorsionar a la dueña de un prostíbulo de Carballo alegaron ayer durante el juicio que su única intención era llegar a un acuerdo "amistoso" con la mujer para que le devolviese a uno de ellos los 1.280 euros que consideraba que le había cobrado de más. La investigación del caso surgió a raíz del envío de un fax anónimo a la Policía Nacional de A Coruña denunciando los hechos. "Yo no fui. Creo que alguna de las chicas puede tener algún amigo guardia civil y se lo contó", declaró la madame.

El cliente del club, que en el momento de los hechos era cabo en Ponteceso, relató que acudió a la casa de citas en 2012 en compañía de otro agente que no está imputado y de un amigo. Los servicios que demandaron y que pagó con su tarjeta, según su versión, costaban 700 euros y, al día siguiente, comprobó que le habían cargado 1.980 euros.

Tras comprobar el saldo de su cuenta, el cabo decidió contactar con el sargento de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Carballo, que se enfrenta a una petición de tres años de prisión e inhabilitación para desarrollar cualquier cargo público. El fiscal difiere de su versión, ya que considera probado que pretendía que la víctima le reintegrase todo lo que había abonado en el prostíbulo. De hecho, la mujer le entregó 900 euros en dos pagos. "Miedo no tuve, pero salí de allí segura de que si no pagaba iba a tener problemas", señaló.