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Oscar Scopa: "Hace años que solo repetimos lo último, sin que aparezca nada nuevo"

El filósofo aborda la destrucción de vínculos entre personas por las nuevas tecnologías

Oscar Scopa (izq.) fue presentado por el periodista Fernando Franco, de FARO. // Marta G. Brea

"Hace años que no hacemos más que repetir sobre lo último, sin que aparezca nada nuevo", aseguró el filósofo Oscar Scopa, que disertó ayer en el Club FARO sobre el valor de la palabra. "Lo nuevo, que ilusionaba, ha dejado de existir y lo único que surge hoy es la inmediatez", precisó el también escritor, poeta y crítico musical tras las preguntas del público.

La modernidad, en palabras del experto, se caracterizó por la presencia de lo nuevo y, mientras, la época actual es la de "lo último". La conferencia de Scopa pivotó sobre la pregunta ¿tiene algún valor la palabra en nuestra época? y previamente fue presentado por el periodista de FARO, Fernando Franco, que destacó el papel docente que desarrolla en la Universidad Carlos III de Madrid y en la Universidade de Vigo. "Entre sus libros podemos citar "Cavas y miñangos", "Fachada", "Camporégano", "Nostálgicos de aristocracia" y su reciente "El fin del mundo ya tuvo lugar (esto no es una crisis)", que en breve tiempo aparecerá en francés", indicó Fernando Franco. Enseguida Scopa destacaría el papel de dinamizador cultural que realiza en la ciudad del periodista vigués.

"En nuestra época, el espejo moderno ha sido sustituido por la pantalla, la cual nos impone lo último en el lugar del desencantado "nuevo", alegó. "Concretamente, a nuestra época podemos nominarla bajo el apelativo de asimétrica", expuso durante el arranque de su intervención.

Pero su análisis fue más allá: "El habla aparece como una nueva mercancía [...] Hay personas que prefieren estar en silencio. De hecho, cada día nos exigen que hablemos más con el fin de dar dividendos a los accionistas de las compañías de teléfonos móviles. Sin embargo, a medida que cuantitativamente hablamos más, la calidad del habla se deteriora. Tenemos que saber que tenemos derecho a estar en silencio", proclamó. Se refería el experto a las imposiciones más o menos expresas, procedentes de corporaciones, convenciones sociales y de la tecnología imperante: Dices esta frase eres de tal empresa, partido, lees tal periódico o ves tales o cuales canales o películas o escuchas determinadas músicas.

Y ejemplificó: " Los perfiles de las autoproclamadas redes sociales son un ejemplo de cómo la catalogación arrincona a la lengua en tópicos". "La autenticidad se acabó y aparecieron los stylelife", aseguró en la misma línea. También indicó: "Preferimos los "contactos" a la palabra del otro", porque realmente buscamos contactos que nos permitan continuar sosteniendo "nuestra punto de fuga materializable en el ideal del éxito". El conferenciante reconoció que, a su juicio, "más que en el éxito" cree en el "reconocimiento", en diferentes parcelas vitales.

Volviendo a la palabra, Oscar Scopa hizo una nueva reflexión: "Todas las semanas aparecen nuevos términos insignificantes en lengua inglesa, que se superponen unos con otros y que generalmente terminan en -ing. El objeto no existe ni tiene sentido". También criticó cierta imposición social de estar felices y recordó que es más propia de otras épocas y latitudes.

En nuestra época aparecen pocas posibilidades de encontrarse con lo nuevo, sólo con lo último.

"¿Podemos entonces establecer una relación entre la caída de la Historia moderna con la desilusión del habla? Parece indudable. De todos modos los invito a dudar", indicó hacia el final el filósofo de mirada crítica e irónica.

"Pero ¿hay salida a esta situación planteada?". Y su respuesta a esa duda fue que sí. "Por supuesto, hay desencadenante. Hay salida. Hace algunos años la cantante Joan Wasser, de la banda Joan as Police Woman, decía: la belleza es el nuevo punk. Estoy de acuerdo. Por un lado punk es desecho, basura, resto. Por el otro lado la belleza nos hace ir hacia ese lugar maravilloso de nosotros mismos y del objeto: lo sublime. Sólo hay que descubrirlo", recordó.

El final de la conferencia de Oscar Scopa fue una propuesta: "podríamos recuperar la función de volvernos para nosotros mismos y para los próximos un enigma, un tesoro".

"Ese enigma, que sin duda puede ser cada cual, al ser advertido por cada sujeto, nos coloca en el camino de lo sublime y su relación con la belleza. Por lo tanto os invito a lo sublime, al enigma y a la belleza", aseguró.

Y, más al detalle, Scopa recordó que lo sublime está "entre la estética y la lógica". Y, del lado contrario del camino, la vulgarización de la vida cotidiana.

"La gente hoy prefiere vivir de recuerdos de los otros y no con su presencia"

  • "Parece que en nuestra época la gente prefiere vivir de recuerdos de los otros y no con su presencia. Lo hace a través de pantallas alucinógenas que remiten a la presentificación del pasado, aunque este aparezca como inmediato", aseguró el filósofo Oscar Scopa. "Es una presencia configurada pero donde no se soporta al otro como presencia activa", indicó Scopa.Más adelante, el filósofo añadió: "El problema es no arriesgarnos a que algo del otro quede en mí, como identificación o haciendo aparecer un nuevo imaginario o lazo simbólico". Oscar Scopa prosiguió su argumentario enfatizando en que "preferimos, por lo tanto, al otro en un espectro; hoy podemos llamarlo pantalla". También incidió en que "de ese modo evitamos las posibles consecuencias del encuentro con el lenguaje del otro que se presenten como traumáticas para nuestra fijación al punto de fuga operante en nuestra época. "Nos encontramos con que el otro, el semejante, el próximo, ha sido transformado en usuario. ¿Se puede esperar algo del habla de un usuario?", se preguntaba.Oscar Scopa durante los años 90 del siglo pasado, buscando un punto de vista metodológicos diferente para investigar la modernidad, inicia sus investigaciones sobre el fenómeno de la moda. De aquellas investigaciones surgieron dos libros: "Vogue 100 años de moda", que prologó y presentó en el Museo Reina Sofía Guillermo Cabrera Infante y su investigación sobre la sociedad, las artes y las modas en "Nostálgicos de Aristocracia", considerado uno de los mejores ensayos de 2005 por la crítica. Ahora continúa con sus investigaciones sobre estética y lógica en torno al problema de la modernidad, de los cuales saldrán sus próximos dos libros.

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