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La fiesta de los recuerdos

La nostálgica 'movida' de los 80 revive en el hall del Auditorio Mar de Vigo

El fenómeno viral del "yo fui a la EGB" es posiblemente la muestra más persistente de ese culto por el ayer que ofrece un colchón de recuerdos, sin reinterpretar aquellos años de un modo profundo, solo con el filtro de la nostalgia facilona. 'Yo estudié en EGB Vigo. Volumen II' se escuda en el brillo de la moda por la década ochentera para ofrecer, antes que otra cosa, un pretexto para tres conciertos de tres bandas bien conocidas, sobre todo en, efectivamente, los ochenta (y a decir verdad, también en los noventa). Los Toreros Muertos, Cómplices, del vigués Teo Cardalda, y Los Limones.

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GALERÍA | El público disfrutó de la fiesta 'ochentera'. // Marta G. Brea

El pretexto festivo ha calado en una saludable generación cuarentona que se regodea en sus recuerdos (como por otra parte suele hacer cualquier generación). Y el éxito de afluencia ayer a una verbena "eighties" en el Mar de Vigo fue una prueba más de que a mucha gente le gusta, sí, recordar el "Un, Dos, Tres", Naranjito, los peta-zetas, la Movida Madrileña (qué buena música nos dio, ácrata, lúdica, visciosa, luminosa), el primer Pedro Almodóvar, y el cómic fiero de "El Víbora" o la historieta estilizada del "Cairo". La nostalgia, en fin, vende, aunque en ningún modo hay que decir que ayer hubo llenazo como, recuerdo, pudo ser el concierto de Crystal Fighters en la misma plaza. No fue un llenazo tumultuoso, pero el aforo no se veía desangelado en el momento de abrir Cómplices, con media hora de retraso respecto al horario anunciado.

Cardalda y María Monsonis se subieron al escenario con espíritu comunicativo, tocaron sus temas más reconocibles (de "Cómplices" a "Es por ti"), vacilaron tarareando una muy EGB "Susanita tiene un ratón" y se metieron a su público vigués en el bolsillo con numerosas menciones a la ciudad. Jugaban en casa y crearon un buen ambiente entre un público que después recibió los sonidos más potentes de Los Limones y la "fiesta-jolgorrio" de Los Toreros de Pablo Carbonell. No pudimos asistir a la fiesta de estas bandas, ya para noctámbulos, en una suerte de guateque que cerraría puertas a las cuatro de la mañana, entre música en directo y DJ que se dedicaron a pinchar joyas como Human League, Hot Chocolate y ritmos bailables más actuales.

Todos tenemos nuestro propio molde del pasado vivido, y claramente el de ayer tuvo sus copartícipes, disfrutaron del asunto y pasaron una buena tarde-noche de recuerdos y música. Todos contentos.

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