Quizá los más jóvenes no lo recuerden, pero hasta hace unos años era costumbre en España besar el pan cuando caía al suelo. A caballo entre la superstición, el respeto al básico alimento -y a lo que cuesta ganarlo- y la creencia religiosa, este rito da título a la última novela de Almudena Grandes "Los besos en el pan" (Tusquets), presentada ayer en Madrid. "Los besos en el pan" abren un paréntesis relativo en la serie "Episodios de una guerra interminable", la por ahora trilogía situada en la última posguerra que ha capitalizado la obra novelística de la autora madrileña. Y el paréntesis es sólo relativo porque si bien "Los besos en el pan" se desarrolla en el actual momento de crisis, Grandes apuntó en la presentación que "esto no ha sido una crisis, sino una guerra que hemos perdido. "Los besos?" habla de lo mismo que los "Episodios", de una guerra entre los especuladores y la democracia. Es un libro de víctimas provocadas por un enemigo que no tiene ni cara ni nombre".

"Los besos?" es una novela coral, con muchos personajes, se sitúa en un barrio de Madrid, pero su historia es extrapolable a cualquier otro barrio.