Conversaciones privadas del papa Francisco, informes sobre la economía y activos inmobiliarios del Estado Vaticano y presuntos casos de desvío de fondos destinados a la caridad constituyen principalmente la información sustraída de la Santa Sede por el sacerdote Luis Ángel Vallejo, y filtrada a los medios, entre ellos a los dos periodistas que publican hoy sendos libros: Avarizzia, de Emiliano Fittipaldi, y Via Crucis, de Gianluigi Nuzzi.

Según parte de la información de ambos volúmenes que han adelantado los periódicos italianos, entre el contenido de ambos libros figuran informes económicos de las empresas que han auditado las cuentas de las instituciones papales como parte del proceso de saneamiento de sus cuentas que está llevando a cabo la Iglesia y valoraciones de los activos inmobiliarios de 26 instituciones dependientes de la Santa Sede, cuyo valor se calcula en torno a los 4.000 millones de euros, según un documento dirigido al director de la Secretaría para la Economía del Estado Pontificio, George Pell.

Los documentos filtrados hacen referencia también a supuestas desviaciones u ocultación de fondos de instituciones como el Óbolo de San Pedro, la Fundación del Hospital Niño Jesús de Roma u otras instituciones dedicadas teóricamente a la caridad para otras finalidades, entre las que destacan gastos "corrientes y extraordinarios" de los dicasterios vaticanos y de otras instituciones.

De hecho, las donaciones de los fieles católicos a la Santa Sede para el Óbolo de San Pedro, definidas como "ayudas económicas que los fieles ofrecen al Santo Padre como signo de adhesión a la solicitud del sucesor de Pedro para las muchas necesidades de la Iglesia Universal y para las obras de caridad en favor de los más necesitados" van a parar, siempre según el libro de Fittipaldi, a un fondo que no aparece en el balance de la Santa Sede y que en 2013 alcanzaba los 378 millones de euros. Entre estos y otros fondos no reflejados en el balance económico consolidado de la Santa Sede suman la cantidad de 471 millones de euros depositados en cuentas bancarias del Instituto para las Obras Religiosas, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica y en otros bancos.

Uno de los casos que recogen las filtraciones del sacerdote español es el de la reforma de la residencia del cardenal Tarsicio Bertone, el Palazzo San Carlo, cuyo coste fue de 200.000 euros y que fue cargado a cuenta de la Fundación del Hospital Niño Jesús.

En este sentido, quien hasta este año presidía el consejo directivo de la fundación, Giuseppe Profiti, justifica el gasto al asegurar que "la casa del cardenal se utilizaría más adelante con fines institucionales". "Es verdad: con nuestro dinero se ha restructurado una parte de la casa de Bertone, pidiendo a cambio que podamos disponer del apartamento", asegura. Además de la reforma de su residencia, la fundación abonó también la cantidad de 23.800 euros a una sociedad de transportes para los desplazamientos de Bertone del Vaticano a Basilicata.

El libro de Nuzzi relata el "Via Crucis" que atraviesa el proceso reformista impulsado por el pontífice argentino y presenta documentos inéditos y grabaciones transcritas que retratan una "auténtica guerra" en los inicios de su ministerio.