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Gallegos en la cima

Pablo Lemos Portela: "La curiosidad por el origen del universo parte del ser humano"

El joven guardés inicia su doctorado en Astrofísica en Cambridge con una beca Isaac Newton tras dos años de formación en la Universidad de Chicago

Pablo Lemos, ataviado con la clásica toga, en Cambridge.

Un halo poético y de connotaciones filosóficas envuelve todo cuanto rodea al origen y la evolución del universo. Y aunque los científicos se atienen a la razón y las certezas para ir desvelando sus incógnitas no dejan de admitir la atracción que genera el cosmos y la posición que ocupamos en él. "Determinar qué papel nos corresponde no es responsabilidad de la astrofísica, pero la curiosidad por saber cómo se creó el universo siempre ha formado parte del ser humano. Los griegos ya estudiaban astronomía para intentar conocer qué había en el espacio y todavía quedan muchas cosas por descubrir", celebra Pablo Lemos (A Guarda, 1991), que acaba de iniciar sus estudios de doctorado en el Instituto de Astrofísica de Cambridge con una beca Isaac Newton tras acabar un máster en Ciencias Físicas en la Universidad de Chicago.

No recuerda cuándo se decantó por la ciencia, aunque sus padres le recuerdan como un crío curioso al que le gustaban los números. Su futuro se despejó en cuanto empezó la carrera de Física en la Complutense y, tras licenciarse como el segundo de su promoción, puso rumbo a EE UU para iniciar su carrera investigadora. Allí, bajo la supervisión del astrofísico Scott Dodelson, se decidió por la cosmología, la disciplina encargada "del universo a gran escala".

Los investigadores de este campo trabajan con algo tan enigmático para el ciudadano de a pie como el fondo cósmico de microondas (CMB), una radiación electromagnética que puede ser detectada desde la Tierra: "Para estudiar todo lo que tiene que ver con el espacio dispones de una cantidad de información muy limitada. No podemos observar cosas en el laboratorio e incluso tratamos de inferir por qué llega a nosotros una información y no otra".

El CMB se detectó por primera vez en 1964 y es un remanente de la energía que se generó durante el Big Ban. El telescopio espacial Planck de la ESA obtuvo su mapa más detallado hace solo dos años. "Nos permite ver la huella que quedó después del comienzo del universo, cuando se empezó a expandir. Es lo más lejos que hemos mirado. Casi todo lo que se hace en cosmología tiene que ver con esta información para saber qué pasó antes y después y conocer de qué esta hecho el universo", explica Pablo.

El físico guardés aspira a aportar su "granito de arena" al conocimiento sobre el cosmos. "Ya solo estudiar lo que han descubierto otros resulta interesante. Reconforta entender por qué suceden las cosas. Y poder hacer tu pequeña contribución no es comparable a nada", admite.

Al enriquecimiento del saber humano Pablo suma las repercusiones que la astrofísica puede acabar teniendo en nuestra vida cotidiana: "El hecho de conocer el universo en que vivimos y de qué está formado ya me parece necesario de por sí, pero cuando Einstein formuló su teoría de la relatividad no se imaginaba que los GPS de hoy funcionarían gracias a sus cálculos".

Por eso considera muy positivos los programas de divulgación que en los últimos tiempos han empezado a multiplicarse por las cadenas de televisión. Él nació una década después de que el astrónomo Carl Sagan enganchase a toda una generación a su serie "Cosmos", pero sí ha visto algún capítulo gracias a internet: "Las reflexiones y las imágenes son muy bonitas y pueden ayudar a los ciudadanos a entender mejor qué ocurre en el espacio".

Pablo ha cambiado la tercera urbe de EE UU por la tranquila vida universitaria de Cambridge, con apenas 100.000 habitantes. Quizá algún día se encuentre con Stephen Hawking, que visitaba hace unas semanas Vilagarcía y Cambados, justo un año después de degustar ostras en A Pedra. "Me encantaría conocerlo. Es uno de los científicos más brillantes, una mente privilegiada que además ha contribuido a llevar la física al público. Es todo un ejemplo", reconoce.

Apenas lleva un mes en su college y ya lo han intentado fichar para el equipo de remo. "Empiezan a entrenar a las 6 de la mañana así que me limitaré a ir a verlos cuando compitan contra Oxford", bromea el guardés, que sí ha vuelto a integrarse en un equipo de fútbol universitario para "desconectar" de la esfera celeste con otra más pequeña y manejable.

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