Cambian en un abrir y cerrar de ojos la apariencia de la mirada y son fáciles de adquirir en bazares, centros de belleza y otros establecimientos no autorizados y sin ningún tipo de control sanitario, y especialmente a través de Internet. Si los diseños de lentes cosméticas representaban únicamente el 1% de las nuevas adaptaciones de lentes de contacto blandas, en 2011 esta cifra ascendía hasta el 7%, según datos del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas. Sin embargo, su uso sin la supervisión de un profesional puede entrañar serios problemas para la salud visual.
"La gente cree que cualquiera puede ponerse lentes de fantasía porque no son correctoras y porque su venta es libre, pero la realidad es la contraria. Utilizarlas sin que hayan sido prescritas y adaptadas por un profesional es una temeridad", sostiene el presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia, Eduardo Eiroa.
El especialista explica que aunque sean lentes cosméticas, deben cumplir los mismos requisitos y parámetros que las lentes correctoras, por lo que deben ser adaptadas por un óptico-optometrista y en un establecimiento sanitario de óptica. "No todo el mundo puede usar lentes de contacto, ya sean correctoras o estéticas. Por ello, primero hay que comprobar que la fisiología del ojo permita su uso, después, ver cuál es el comportamiento del ojo a esas lentes y por último, tiene que tener unas nociones sobre la forma correcta de colocárselas y quitárselas para no dañar la córnea, y también sobre cómo esterilizarlas porque muchos problemas también están ocasionados por una asepsia inadecuada, que puede provocar infecciones bactereológicas bastante serias", explica el presidente de los ópticos-optometristas gallegos.
Y si son desaconsejables en adultos, en niños con mayor motivo, advierte. "El niño puede sentir molestias, pero no quejarse porque prefiere seguir llevándolas. Y tampoco extrema las medidas de higiene como puede hacerlo un adulto, con lo que el riesgo de que pueda sufrir una lesión o una infección ocular es mucho mayor", añade.
El experto gallego detalla que los ojos no son todos iguales, sino que tienen una medida de curvatura y tamaño de globo ocular concretos. Sin embargo, las lentes de contacto de fantasía están hechas en medidas estándar. Así, cuando la lente no es la adecuada para el globo ocular se pueden producir problemas de oxigenación (hipoxia) y daños en la córnea que podrían derivar en úlceras.
Según Eiroa, existen dos tipos de daño provocados por las lentes de contacto: los inherentes a la lente, como reacciones alérgicas y corneales, los provocados por un mal cuidado de la lente, al emplear líquidos inadecuados o tener una mala higiene. "Estos problemas pueden darse en las lentes de contacto correctora como en las estéticas. Por eso es tan importante la supervisión para prevenir problemas. Además, quien ha adquirido estas lentes fuera de una óptica tampoco suele acudir a nosotros si presenta algún problema, por lo que este puede agravarse si no se trata a tiempo", insiste.
Algunos de los riesgos asociados al uso de lentes de contacto cosméticas son conjuntivitis, inflamación, reacción alérgica y abrasión corneal derivada de una mala adaptación de las lentes de contacto. Problemas adicionales pueden derivar en reducción de la agudeza visual, sensibilidad al contraste y otras discapacidades visuales.
Los ópticos españoles llevan años demandando a las autoridades sanitarias que prohíba la venta libre de lentes de contacto, tanto correctoras como decorativas. "No es una cuestión de dinero, porque para nosotros el mercado de las lentes cosméticas es mínimo. Es una cuestión de prevención", asevera.
