El Consejo de Ministros aprobó ayer el real decreto que regula la indicación por parte de los enfermeros de medicamentos que no precisen receta, lo que se conoce como la "prescripción enfermera", una antigua reivindicación de estos profesionales sanitarios. Sin embargo, el presidente del Consejo General de Enfermería, Máximo González Jurado, lo calificó de "cacicada de un Gobierno en manos de la ultraderecha", y y anunció que irán a los tribunales para anularlo y que están estudiando incluso denunciar al ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, por prevaricación. Por el contrario, los médicos aplauden este real decreto.

El ministro explicó ayer que el real decreto da cumplimiento a una previsión legal recogida en 2009 en la Ley del medicamento, por la que los enfermeros pueden realizar indicaciones de fármacos no sujetos a receta médica. Añadió que un enfermero no tenía hasta ahora una habilitación legal para dispensar medicamentos que se pueden adquirir libremente en las oficinas de farmacia al no estar sujetos a prescripción, con lo que estos profesionales se encontraban en una situación "un tanto alegal". Alonso agregó que con así se les asegura esa cobertura legal y también se refuerzan la seguridad de cara a los pacientes de que el cuidado que les ofrecen los profesionales de la enfermería se realiza "con todas las garantías". "Usted le puede decir a la ministra de Empleo que se tome un paracetamol pero una enfermera no tenía la habilitación legal en el desarrollo de su trabajo y ésta era claramente una carencia que tenía la profesión y que ahora se cubre", destacó.

En cuanto a la facultad de indicar, usar y autorizar determinados medicamentos sujetos a prescripción médica, lo podrán hacer una vez que se regule la aplicación de protocolos y guías de práctica clínica y asistencial, de elaboración conjunta, acordados con las organizaciones colegiales de médicos y enfermeros y validados por Sanidad. El texto también incluye la formación que deben hacer los enfermeros para poder indicar fármacos, para el que establece un periodo máximo de cinco años, y matiza que la prescripción corresponde "siempre" al médico.

Los enfermeros critican, sin embargo, que el texto establece finalmente que para que estos profesionales usen un medicamento sujeto a prescripción médica "debe venir previamente con la prescripción y el diagnóstico de un médico", algo que no determinaba el texto redactado por Sanidad al que habían dado el visto bueno tanto ellos como las comunidades autónomas y el Consejo de Estado.

"Es una aberración. El real decreto cuestiona nuestra capacidad como profesionales con autonomía científica, supeditando nuestras decisiones a otro profesional y además nos obliga a volver a formarnos para prescribir medicamentos y material sanitario, como gasas, que cualquiera puede indicar o adquirir en una farmacia", opinó ayer Liliane Bettremieux. Para esta delegada colegial del Colegio Oficial de Enfermería de Pontevedra, recuerda que la Comunidad de Andalucía solventó hace años la situación de las enfermeras en relación a la prescripción de medicamentos con la realización de un taller básico de coordinación entre los distintos profesionales sanitarios.

Por su parte, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos considera "acertado" el contenido del real decreto, ya que delimita "perfectamente" el campo de actuación y competencias de ambas profesiones. Defienden que así se preserva "la mejor protección de la salud, la seguridad de la atención y de la efectividad alcanzada por el tratamiento de los pacientes.