Vivimos desde hace meses -dijo el presentador, Barreiro, en su introito-, el mayor flujo de refugiados huyendo de sus países desde la Segunda Guerra Mundial.. No hubo reacción social ni política hasta que el 3 de septiembre se viralizó la imagen del niño Aylan Kurdi recogido muerto en una playa turca de la localidad turística de Ali Boca Hurnu. Era el rostro de una tragedia mucho mayor. La de los 500.000 refugiados que durante el último año cruzan, a veces de manera suicida, el Mediterráneo en busca de la Europa Salvadora. Este mar se ha convertido en el mayor cementerio de los últimos años, con ya 3.000 muertes y desapariciones en sus aguas". Afirmó Barreiro que milllones de personas buscan refugio y no solo de Siria huyendo de guerras en sus países, persecuciones religiosas, trata de seres humanos, violaciones... "Nuestra actitud cuando llegan es cerrar fronteras, construir vallas, situar cientos de militares que les controlen? o incluso ponerle zancadillas. Y eso cuando tienen sus derechos de asilo y refugio internacionalmente reconocidos". A eso se refirió Carlos Villa, de la ONG Ecos del Sur. ""Ahora están los gobiernos europeos buscando parches como dar más dinero a países fronterizos para que les retengan y no les dejen llegar a Europa pero aunque cierren Hungría, Eslovenia, Croacia... intentarán entrar por otro lado porque no vienen para mejorar su situación económica sino para huir de la guerra, de la muerte. Y a mí esa palabra "cuota" que se repite a la hora de aceptar refugiados me suena a leche, a nada humano. Hay que acoger pero con sentido, para ir integrándolos y no ayudarles un tiempo y luego dificultarle esa inclusión con una normativa imposible".