"La idea principal era, sobre todo, no caer en lo habitual en este tipo de propuestas. No se trata de hacer publicidad, ni mucho menos, sino de retratar una experiencia desde la máxima del propio evento. Nosotros seguíamos lo que ocurría en cada momento. Recorríamos libremente la isla. No hicimos entrevistas, pero sí seguíamos a los organizadores, trabajadores y público, hasta casi mimetizarnos con ellos", explica Alexandre Cancelo quien reconoce que "en algún momento sí que favorecimos que alguna situación ocurriese".

Cancelo atesora cientos de horas de la historia del Sinsal Estrella Galicia con las ediciones grabadas desde el arranque, en 2007. Tanto a él como a su equipo no les interesaba bucear en ese pasado sino centrarse en los tres días del festival de 2015 -celebrado en julio- con el fin de descubrir a la audienca ese otro festival en cara B al que normalmente no se tiene acceso: el backstage, el escenario, los traslados en furgonetas...

Cancelo reconoce que ordenar todo ese material llevará tiempo y que hasta el próximo año el documental no estará finalizado. No obsante, en unas semanas, sí espera disponer de algún teaser o prueba. "Ahora hay que encerrarse varios días con esas imágenes para darles sentido. Esa etapa acaba de comenzar", manifiesta el director.

Preguntado acerca de si solo mostrarán la cara amable, el realizador disipa dudas. "Somos honestos. Hacer un festival de esta índole -apunta- conlleva errores y problemas que hay que ir solventando y vamos a mostrarlos. Tenemos carta blanca. Querían que mostráramos esa realidad".

Aunque dos equipos de cámara se dedicaron a peinar San Simón y los otros emplazamientos donde se preparaba el Festival, no todas las anécdotas han quedado registradas por el foco. "No podíamos estar en todo. Hay cosas que suceden fuera, como una furgoneta que pincha con músicos camino de Oporto para coger un avión, una maleta que se pierde, un grupo que no puede coger el avión para venir a actuar y el viernes de mañana se llama a otra banda para que la sustituya. ..", enumera para recordar al final la inundación de un escenario el primer día del evento y la preparación de otro nuevo in extremis al día siguiente para salvar la faena.

El equipo cuenta con el hándicap de que la pasada edición fue especialmente complicada por el temor a que las inclemencias del tiempo obligasen a cancelarlo. "Hubo un momento durante la primera jornada, la del viernes, en la que el festival estuvo en el aire pero todo se solucionó, siguió adelante y el público respondió muy bien".

Pero no todo fueron obstáculos por lo que el documental también mostrará esos momentos en los que "todo funciona bien. Se trata de ser testigo de todo eso", apunta el director del documental.

El resultado final deberá ser un documental de cortometraje de unos 25 o 30 minutos que intentará participar en festivales para mostrar esa otra cara de un festival distinto a la gran mayoría.