Los coches clásicos, desde 600 a Minis, volvieron a rugir en el Rally Ciudad de Vigo. Ayer, se celebraba la novena edición de esta prueba puntuable para la Challenge Clásica Galicia 2014.

El punto de partida fue la explanada situada junto al Centro Comercial Gran Vía. Allí, se congregaron varias decenas de automóviles cuya antigüedad es anterior al año 1974. En esta competición, no primó la velocidad sino la táctica, la orientación así como la compenetración entre piloto y copiloto.

En la jornada de ayer, los participantes tuvieron que recorrer unos 270 kilómetros por toda la provincia de Pontevedra. No obstante, la meta los esperaba en la villa costera de Baiona.

Además y como tanto a favor de la organización -la Escudería Vigo Clásicos y el Centro Comercial Gran Vía de Vigo-, la prueba destacó por su vertiente solidaria. Los automovilistas inscritos aportaron su granito de arena al Bando de Alimentos, entregando cada uno de ellos alimentos no perecederos para la asociación con aproximadamente un peso de diez kilos.

Además de este fin solidario, el rally también tenía como objetivo "servir para difundir el amplio y rico patrimonio industrial y cultural relacionado con la automoción, así como expresar su compromiso con los valores ligados al deporte y a la solidaridad".

La escudería viguesa forma parte de la Escudería Gallega de Clásicos deportivos que se constituyó en abril de 1995 impulsada por cuatro aficionados a los vehículos clásicos: Alejandro Ferández Colmeiro, Juan Sobrino, Luís Tojeiro y Enrique Ojea.