Dornas, el Galeón de la ría, el Prestige, cañoneros de la II Guerra Mundial o el acorazado Bismarck. Hemos oído hablar de todos estos barcos y ahora también podemos verlos y hasta tocarlos. La asociación Amonaga organiza en el Museo del Mar de Galicia la IV Mostra de Modelismo Naval, donde los amantes de las maquetas o curiosos del detalle en general podrán observar las réplicas de las embarcaciones que hicieron historia. Esta muestra permanece abierta hasta el 15 de noviembre.
En la exposición se pueden contemplar hasta 60 piezas de más de 20 aficionados al modelismo, todas inéditas y originales. "Hacemos exposiciones todos los años y queremos que la gente no vea siempre los mismos barcos, así que intentamos que cada presentación sea completamente distinta a la anterior, renovarnos siempre", explica Luis Miguel Pérez, presidente de Amonaga.
La exposición se divide en tres secciones. Por un lado se encuentran las embarcaciones más tradicionales de Galicia, como son las dornas, la Gamela de la Guardia o el Galeón de la Ría, que son las de menor tamaño, no superando los 30 centímetros de largo. Otro apartado está reservado para los barcos de vela, donde se exponen desde navíos de primera clase hasta veleros de varios tamaños como por ejemplo el Galeón de Francis Drake. Y por último, y quizás la sección más vistosa, están las embarcaciones a motor, compuestas por las más antiguas de vapor hasta las más modernas como una réplica del Príncipe de Asturias, muy poco conocida pero de gran belleza, y otros de guerra como el acorazado Bismark.
Dos años de construcción
La mayoría de maquetas están a una escala 1:35, pero también encontramos navíos de metro y medio de largo.
El tiempo de construcción de cada una de estas réplicas puede durar entre dos y tres años. "Cada vez que terminas una maqueta, sientes que tienes un hijo más", afirma Luis Miguel López, quién expone un total de 12 maquetas de embarcaciones tradicionales. Lleva más de 20 años en el mundo del modelismo naval y mantiene la misma pasión con la que comenzó su primera obra. "Siempre me ha gustado exponer y que la gente pueda ver lo que con tanto esfuerzo hemos construido", añade. Estas maquetas pueden ser adquiridas, sin embargo López asegura que nunca se llegan a vender debido, aparte del cariño que se le coge, a su elevado precio. "De media y hablando en horas, podemos dedicarle un total de 100 para terminar del todo una maqueta. Su precio ronda los 600 euros y solo un gran aficionado podría permitirse pagar algo así", añade.
Desde Amonaga se muestran muy satisfechos con la acogida de la exposición, que ya ha tenido miles de visitas. "Está teniendo un gran éxito y eso siempre anima a que aparezcan nuevos socios para la asociación, así sería más sencillo para nosotros renovar las exposiciones anualmente". Desde Amonaga también se imparten cursos sobre modelismo y maquetación del sector naval. Uno de los indicadores del éxito de la muestra es la gran cantidad de personas que se han interesado por dichos cursos. "En la asociación todos somos noveles y lo hacemos por hobbie, pero de verdad que al final engancha, es nuestra droga particular", relata Luis Miguel López.
Esta exposición es itinerante y viajará dentro de unos meses al Museo Internacional de Ciencia y Tecnología de A Coruña.
