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Patrimonio gallego sobre el agua

La historia de "Jesús", un bote de la guerra

Remadoira recupera un barco de 1936

Racú | Popa redonda; no solía pasar de los ocho metros de eslora frente a los cuatro del polbeiro.

La casualidad quiso que, un día, socios de Remadoira -un colectivo vigués dedicado a la recuperación del patrimonio marítimo- se encontrasen con "Jesús". Este bote languidecía comido por las algas al acecho de la podredumbre en una rampa de una antigua carpintería de ribeira en Arcade, la misma que le había servido para su bautizo en el mar en el año 1936, solo unas horas antes de que el golpe militar del general Franco fuese anunciado.

"El antiguo propietario quiso que reposara donde había sido hecho", relata Luisa Núñez, presidenta de Remadoira. "Nosotros, periódicamente, pasamos por el interior de la ría durante los inviernos para ver si encontramos legado para restaurar y fue así, por casualidad, que encontramos a Jesús. El antiguo dueño colaboró con nosotros y, en un año o dos, lo tendremos rehabilitado. Agradecemos a la familia de José Luis Mos Fernández la donación de esta embarcación", añade con una ilusión que atrapa a través del teléfono.

La recuperación de éste y otros barcos que realiza Remadoira se dilata en el tiempo por diversas razones. La principal reside en el trabajo voluntario de los socios ya que no disponen de un carpintero a sueldo por lo que dependen de la disponibilidad de las personas.

Estos se fueron formando aprendiendo de los conocimientos adquiridos por el anterior presidente que, a su vez, los había adquirido de un familiar. En la actualidad, en Galicia, no hay ningún ciclo de Formación Profesional especializado en carpintería de ribeira. El único centro que realiza cursos es uno ubicado en Marín, Aixola (http://aixola.cetmar.org ) que toma su nombre de una herramienta de los carpinteros y que está protegido por la Consellería de Mar.

En la actualidad, Remadoira dispone de 16 embarcaciones tradicionales recuperadas y otras cuatro (una gamela, una dorna madre, un barco de 10 metros y medio y un bote) están en proceso. Para la presidenta de la asociación, el decreto que ha anunciado Portos de Galicia "es muy interesante y positivo y necesario porque viene a contrarrestar medidas negativas que hubo en el pasado". Entre estas, apunta que "antiguamente, cuando dabas de baja un barco tradicional usado para pesca y querías pasar el folio a una nueva de poliéster, te exigían destrozarla. Esa medida acabó con gran parte del patrimonio tradicional".

Ahora, las asociaciones trabajan encargando recuperaciones a carpinterías de ribeira o haciéndolas ellas mismas. El disponer de una embarcación tradicional no es un lujo o, por lo menos, es asequible en comparación con una embarcación de recreo a motor. "Te puedes hacer con una gamela o una dorna, a lo mejor, por 3.000 o 4.000 euros y, a veces, por menos. Después, la vela cuesta unos 1.000 o menos", apunta Manuel Sendón, de la Federación Galega de Embarcacións Tradicionais, a lo que habría que sumar un proyecto técnico de un ingeniero naval en caso de que el barco no dispusiese de papeles o una inscripción en regla.

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