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La parálisis que no paralizó a Iago

El educador social gallego acaba de obtener sobresaliente cum laude con una tesis doctoral en la que promueve la inclusión de la "teoría del ilímite" en la enseñanza

Iago Pérez Santalla, junto a la directora de su tesis, la profesora Beatriz Fernández Herrero. // I. Rodríguez

Una teoría: valorar a cada persona por sus mejores capacidades y no por sus límites. Un ejemplo práctico: Iago Pérez Santalla.

Este joven gallego nació con parálisis cerebral pero ningún retraso en el desarrollo de sus facultades mentales. No puede escribir, habla con dificultad y se desplaza en silla de ruedas o con ayuda de un andador pero esos límites físicos no han supuesto para él una barrera lo suficientemente consistente como para que no pudiera cumplir todos los objetivos intelectuales que se ha propuesto.

Educador social y posgrado en Servicios Culturales por la Universidade de Santiago, presentó esta semana su tesis doctoral, en la que llevaba trabajando tres años y medio y por la que el jurado decidió otorgarle la máxima calificación: sobresaliente cum laude. Además, Iago ha trabajado para Cogami (Confederación Galega de Minusválidos) y publicó el libro "O ilímite de pensarte libre", un sorprendente relato sobre su día a día y su lucha con la enfermedad en el que desarrolla las conclusiones para conseguir una vida plena: la conciencia del ilímite de las personas en contraposición a las limitaciones que el ser humano se autoimpone.

"La idea era convencer a la gente para que deje de pensar que hablar o moverse distinto equivale a retraso de las facultades mentales", explica el educador de 32 años y natural de Vilaxuste, Portomarín (Lugo). Iago ha estudiado en la universidad contando en el aula con el apoyo de algún compañero para tomar apuntes y, por supuesto, el de su familia, que le ha apoyado siempre en los desplazamientos y en todo lo que pudiera necesitar. Pero, por lo demás, ha sido un alumno como cualquier otro.

"He tenido suerte porque siempre encontré profesores que tenían esta misma idea de potenciar lo que el alumno puede llegar a ser; profesores que, sobre todo, creyeron en mí, en lo que era y en lo que podía llegar a ser y eso te impulsa a seguir adelante y te ayuda a crecer", agradece Iago. "A mí nunca me regalaron nada pero considero que he tenido mucha suerte con las personas que se han cruzado en mi camino y, sobre todo, con mi familia, que es mi piedra angular y estoy orgulloso en decir que todos ellos, no solo los más cercanos sino mi familia extensa, siempre creyeron en mí", añade.

También en la defensa de su tesis -dirigida por la profesora del Departamento de Lógica y Filosofía Moral de la USC, Beatriz Fernández Herrero, y titulada "La aplicación y desarrollo de la teoría del Ilímite en contextos educativos formales y no formales"- Iago fue tratado como un alumno más, contando simplemente con una asistente que tomaba algunas notas por él y un pequeño descanso para recuperar fuerzas, ya que la exposición fue larga por sus dificultades para hablar.

"El valor de Iago es tremendo pero en clase nunca se ha amilanado; al contrario, siempre ha sido un alumno que interviene mucho y su nivel de atención es excepcional", asegura Beatriz Fernández. "Él había elaborado la teoría del ilímite y tenía muy claro que quería fundamentarla en base a las teorías pedagógicas de diversos autores; a mí me pareció muy interesante y acepté encantada a dirigir su tesis. Todos tenemos límites, también los considerados funcionalmente normales; lo que se trata es de descubrir aquello en lo que somos buenos y potenciarlo", apunta la catedrática.

El tribunal estuvo compuesto por miembros de las tres universidades gallegas que valoraron muy positivamente la aportación de Pérez. "Es un ámbito con muchas posibilidades y del que hay muy poca bibliografía, por lo que todos ellos le sugirieron seguir profundizando en diversos aspectos", cuenta la directora. Iago desea seguir esas pautas en el ámbito de la universidad. También sueña con trabajar "y tener una vida lo más autónoma posible", además de mantener su labor como coach, para lo que se formó en un máster y ha ofrecido numerosas ponencias.

"Ilímite es sentir imprescindible a cada miembro de la sociedad y ayudarle en su desarrollo"

  • La aplicación del Ilímite, la teoría desarrollada por Iago Pérez, al sistema educativo implicaría "recorrer con cada alumno el camino de su propio auto descubrimiento a fin de comenzar con él la búsqueda de su autorrealización personal. El Ilímite implica el reto de establecer aprendizajes cooperativos que busquen éxitos compartidos y colectivos en los que se interioricen sinergias que lleven al desarrollo de la creatividad. Todo esto supone, también, educar en valores buscando formas de crecer juntos y de forjar victorias compartidas", explica su autor."El sistema educativo tiene que ser la primera piedra de un auto desarrollo constante que permita crecer en el seno de la sociedad tomando decisiones y enfrentando adversidades a través de apoyos y apoyando, al mismo tiempo, proyectos ajenos", añade. Así, destaca Pérez, "el desarrollo del Ilímite exige al mismo tiempo resiliencia, voluntad independiente para construir ese legado propio e interdependencia", al tiempo que apela la necesidad de ser conscientes de la complejidad de un mundo que exige "cooperar con la realidad de cada uno". En este sentido, añade el investigador, "el Ilímite se convierte en un proceso de inclusión social que se teje en la dinámica de la interdependencia para construir una comunidad a la medida de cada persona. Creer en el Ilímite es sentir imprescindible a cada miembro de la sociedad y buscarle en ella un hueco de desarrollo que repercuta positivamente en la misma."El marco teórico desarrollado por Pérez Santalla se sustenta en experiencias educativas con colectivos muy variados que abarcan todas las edades y que van del ámbito formal al no formal. En estas experiencias el Ilímite y la acción del diálogo marcan el camino del autodescubrimiento.

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