En "Sustancia negra", la primera novela de Julián Hernández, cantante de Siniestro Total y escritor desbordante, un hombre que está siendo hidrotrepanado por uno de sus convecinos empieza a tener consciencia de todo. Es decir, a través de la tortura, su vida alcanza sentido. Por algo la trepanación era, en algunas culturas mesopotámicas de la Antigüedad, un rito iniciático.

Al igual que Cristo, "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen", el significado de la vida de ese pobre desgraciado se construye, al fin, gracias a su captor y torturador.

En "Irrational man", el viaje que nos propone Woody Allen es a la inversa. Un profesor de filosofía (Joaquin Phoenix) encuentra sentido a su vida a través del asesinato. Por algo el asesinato simbólico es, en algunas masonerías, un rito iniciático. Antes, había en este hombre una existencia universitaria aburrida, y mucha literatura, y demasiada filosofía, y amantes entre sus compañeros (Parker Posey), y más amantes aún entre sus alumnas (Emma Stone). Abre entonces la muerte de otro, de un otro malvado, abre entonces ese crimen la posibilidad de una nueva vida purificada por una justicia norteamericana: individual y abrasadora, como el Dios estadounidense y protestante al que rezan todos los domingos o el Charles Bronson al que ven en el autocine todos los viernes.

"Irrational man" pertenece, a un tiempo, a dos vertientes de la filmografía de Woody Allen. La primera porque se encuentra dentro de estas películas que, en tono menor, el neoyorquino comienza a rodar desde "Granujas de medio pelo" (2000) y entre las que, bajo la absoluta corrección, hay joyas de temáticas remezcladas como "Match point" (2005), "Si la cosa funciona" (2009) o "Blue jasmine" (2013). Pero vayamos a la segunda vertiente del filme. Su mejor cualidad es que pertenece a aquellos largometrajes allenianos que bordean la comedia y el drama, y que tienen en "Delitos y faltas" el paradigma al tratarse de una película compuesta de dos relatos, cada uno de ellos en un género (o no), que convergían en su final. En su nueva cinta lo que hace Allen, a veces de forma tosca, es regresar a los rusos del XIX (ejemplo de grosería: "Crimen y castigo" en la mesita) y plantearse esas preguntas que no le abandonan. La indiferencia del universo sobre las acciones del ser humano, la necesidad de construcción de una moral común, el amor y sus letras pequeñas, la soledad y lo que acarrea? es decir, regresa a todo lo que importa al mundo que a Woody Allen le importa, la clase media-alta occidentalizada.

Allen sigue vivo, amigos, sigue muy vivo porque sabe que Emma Stone y Joaquin Phoenix son lo que importa y les deja hacer. Esto entienden todos los implicados al contar la historia de este hombre que nace al mundo a través del asesinato y, a pesar de que "Irrational man" no sea redonda, sí vuelve a dejar la impresión de lo necesario que es Woody Allen en nuestras vidas.