Los cocineros gallegos del Grupo Nove, pero también los ganaderos, pescadores y agricultores que les proporcionan la materia prima y los paisajes de Galicia fueron ayer las peculiares estrellas del Festival de Cine de San Sebastián, poco acostumbrado a unos "actores" tan diferentes.
Entusiasmados por la expectación que levantó el documental "Cocinando en el fin del mundo", dirigido por el vigués Alberto Baamonde, los reputados chefs gallegos y los creadores de la cinta -primera producción cinematográfica de la empresa viguesa Esmerarte- vivieron una jornada repleta de emociones en la que, por supuesto, no faltaron tampoco los sabores de su comida.
La mayor parte de los cocineros que forman parte de este grupo que representa la nueva gastronomía gallega acudieron al estreno del documental -primero que se realiza de este tipo sobre la cocina gallega- que bucea durante 90 minutos en su trabajo y también en el de los productores e investigadores gallegos.
Tras el pase de la película -largamente aplaudida- los chefs ofrecieron en el prestigioso Vasque Culinary Center a ochenta privilegiados espectadores la oportunidad de "saborear" la película en una cena en la que cocinaron los platos que previamente habían visto en la gran pantalla.
"Estamos impresionados con la repercusión del documental y ya hay una empresa francesa que se está encargando de la distribución de la cinta por todo el mundo; en Japón, por ejemplo, nuestra cocina es de lo más exótico", explicaba ayer entusiasmado el director de la cinta.
La película propone un viaje por la cocina gallega más nueva, pero también por la tradicional, la del mar y la de la tierra "fuera de todos los tópicos y abarcando desde el nacimiento de los productos a su elaboración en los restaurantes más prestigiosos", describe Baamonde, orgulloso de su debut como cineasta, un trabajo que le ha llevado más de cuatro años, y deseoso de poder seguir trabajando en esta línea. "No solo estoy satisfecho por el resultado, sino que me llevo una experiencia personal increíble y muchos buenos amigos en el mundo de la cocina", añade el director vigués.
"Al principio pensábamos centrarnos en la vida en las cocinas, pero cuando hablamos con los cocineros antes de rodar nos dimos cuenta de que todos enfocaban las conversaciones en el producto: "Sin él no somos nadie", decían", añade el director. Además de la gastronomía gallega, la película ofrece un atractivo retrato de los paisajes de Galicia. "Estamos patrocinados por Turismo de Galicia pero, sin pretender en absoluto hacer un producto promocional, es imposible al ver el documental que la gente no tenga ganas de venir a esta tierra", asegura Baamonde.
La evolución de la cocina
Tal y como asegura Pepe Solla, chef de Casa Solla, restaurante con una estrella Michelin en Poio, y uno de los participantes del documental. "esta película coral es la historia de un caso de éxito a través de un camino pedregoso, porque Galicia estaba centrada en una cocina de producto, muy tradicional y no era fácil convencer al comensal de que se podía evolucionar como lo habían hecho otras regiones", recuerda.
"Cocinando en el fin del mundo" es, para Javier González (A Rexidora, Ourense), "un relato apegado a una realidad agridulce: la de quienes tuvieron que ganarse el respeto de un comensal que les tachaba de caros y escasos", recuerda. De hecho, las imágenes se grabaron en el contexto de una crisis económica que se llevó por delante algunos restaurantes y que obligó a otros a transformarse, pero lo que ha quedado es un Grupo Nove crecido que hoy integran 22 cocineros y que ha creado un precedente en el sector.
