El Papa Francisco ofició ayer una misa multitudinaria en la Plaza de la Revolución de La Habana a la que también asistieron el presidente cubano, Raúl Castro, y la presidenta argentina, Cristina Fernández. En la ceremonia, el pontífice invitó a defender a los miembros más débiles de la sociedad y afirmó que lo importante es servir "a las personas, no a las ideas". Además aprovechó para recordar que "la importancia de un pueblo, de una nación, siempre se basa en cómo sirve la fragilidad de sus hermanos".

Tras la misa, Francisco, el tercer pontífice que visita Cuba en 17 años -antes lo hicieron Benedicto XVI, en 2012, y Juan Pablo II, en 1998-, se reunió con Fidel Castro en su domicilio, en un encuentro en el que estuvieron presentes la esposa, los hijos y los nietos del líder de la Revolución cubana y en el que, además de charlar, intercambiaron regalos.

Bergoglio aterrizó el sábado en el aeropuerto internacional José Martí de La Habana, donde le esperaban cientos de cubanos agitando banderas y dando gritos de bienvenida.

A su llegada, el Papa fue recibido por Raúl Castro. El presidente cubano centró su intervención en la lucha contra las desigualdades y arremetió contra el embargo de EE UU a la isla, que "provoca daños humanos y privaciones a las familias cubanas", además de ser "cruel, inmoral e ilegal". No obstante, Castro puso fin a su discurso agradeciendo al Papa su intervención en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana.

Por su parte, el pontífice habló sobre la lucha contra la pobreza, el deterioro del planeta y la defensa del medio ambiente, y llamó a Cuba y a Estados Unidos a progresar en el acercamiento y fortalecimiento de sus vínculos. Además, manifestó la importancia de la cultura del diálogo y del encuentro como medio para superar obstáculos en las relaciones políticas.

Al comienzo de su alocución, y después de saludar a las autoridades políticas y eclesiásticas, Bergoglio pidió a Raúl Castro que transmitiera a su hermano Fidel sus "sentimientos de especial consideración y respeto".

Asimismo, el Santo Padre hizo referencia a los dos aniversarios que se cumplen ahora: el 80 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Cuba y el primer centenario de la proclamación de la Virgen de la Caridad del Cobre como patrona de Cuba.

Tras la recepción, el Papa recorrió La Habana en el "papamóvil" para saludar de cerca a las miles de personas que le esperaban desde el amanecer.

Sin embargo, no todo fueron rosas en la primera jornada del Papa en Cuba. Varios líderes de la oposición fueron detenidos cuando intentaban acercarse al obispo de Roma. En total se detuvo a 31 opositores, según el líder de la Unión Patriótica de Cuba, José Daniel Ferrer, entre los que se encuentran la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler; la ex presa política Marta Beatriz Roque y el fundador del Movimiento Oposición Alternativa, Ángel Moya.

Francisco evitó citar en su misa de ayer a la disidencia y al exilio de Miami, pero sí advirtió que no pueden volver a fracasar los intentos de reconciliación en Colombia y se declaró "consciente de la importancia crucial del momento presente". Francisco mostró su apoyo a "todos los esfuerzos que se están haciendo" en el marco del proceso de paz con la guerrilla de las FARC.