La figura de Antoni Arissa (Sant Andreu, 1900-Barcelona, 1980), uno de los más destacados representantes españoles de la vanguardia fotográfica, llega al Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC), en Santiago, con una antológica de más de 150 fotografías del autor, una obra que pasó prácticamente inadvertida durante ocho décadas.

La muestra, que supone la primera bajo la coordinación del nuevo director del museo, Santiago Olmo, podrá verse hasta el 1 de noviembre y fue presentada ayer por los comisarios Valentín Vallhonrat y Rafael Levenfeld, el director del CGAC y el secretario de Cultura, Anxo Lorenzo. Junto con ellos, la responsable de colecciones y exposiciones de la Fundación Telefónica, Laura Fernández, y el director de grandes empresas del grupo Norte Telefónica, Miguel Ángel Alonso, entidad colaboradora.

En relación a "Arissa. La sombra y el fotógrafo", Olmo explicó que se trata de una "recuperación del archivo" de la figura del catalán como fotógrafo durante la España de los años treinta. El director señala que así se abre un ciclo de proyectos en el museo que abordarán la "memoria como herramienta de investigación y creación".

Concretamente, esta exposición se centra en Arissa como ejemplo "muy claro" de una trayectoria de autores de vanguardia en España durante la década de los treinta, indicó Levenfeld, para matizar que después de la guerra el catalán terminó con esta etapa de su vida, "dejó el arte" para volver a su oficio como impresor.

El comisario defendió la importancia del fotógrafo dentro del mundo del pictorialismo fotográfico español, que se alejaba de la "realidad del momento de cambios ideológicos y urbanísticos" para presentar imágenes "bucólicas" mediante el uso de la luz.

Por su parte, Vallhonrat comentó que el proyecto surgió cuando ambos comisarios conocieron hace "cinco o seis años" la existencia de unos negativos de Arissa que habían salido a subasta "sin que nadie pujara por ellos".