"Lo que permiten las impresoras 3D es la flexibilidad en el diseño", señala la artista María Castellanos, explicando que estos equipos son "herramientas muy potentes en el sentido de que te permiten idear objetos en tres dimensiones y construírtelos tu mismo en casa a muy bajo coste". Como comenta la autora, "en el mundo de la moda esto se está aplicando a construir una prenda a partir de materiales seccionados con cortadoras láser y piezas fabricadas con impresora 3D. Los tejidos principales de nuestros vestidos son el cuero y el plástico. Hacemos módulos en 3D dispuestos con imanes y además trabajamos en código abierto". La artista comenta acerca de su último proyecto premiado: "Creamos pequeñas figuras, como semiesferas, con un material translúcido que deja pasar la luz y permite hacer juegos de iluminación muy interesantes".

Al trabajar con código abierto, sus investigaciones se suben a internet para que todo aquel que quiera imprimirlas y fabricarlas en su casa, en cualquier parte del mundo, pueda hacerlo.

"La industria es la que tiene los medios técnicos y económicos para avanzar. Por eso creo que, no es que las impresoras 3D sean el futuro de la industria, sino que estos equipos son el futuro en las casas a nivel DIY (Do it yourself), de forma que las personas se podrán crear su propia ropa en casa", explica la autora, indicando que actualmente "el precio es accesible, rondando los 400 euros. Es una revolución. La gente podrá manejar estas máquinas e imprimir sus prendas". De este modo, la autonomía para el usuario bajo la filosofía DIY o "Hazlo tú mismo" marcará un cambio gigante en la industria de la moda. Los usuarios podrán descargarse diseños libres en código cero y con una impresora 3D, imprimirán prendas y complementos con un coste muy bajo en cuestión de horas o incluso minutos.

En relación a su llegada real al ámbito doméstico, la creadora explica que "en otros países de Europa nos llevan ventaja y tienen más implantados los centros de producción digital en las universidades para que las personas manejen esta maquinaria. Aquí tenemos fab labs (laboratorios de producción de objetos con máquinas controladas por ordenador) y en la facultad de Bellas Artes están dando unos primeros pasos fundamentales para su proliferación.