Cuando en el siglo XIX la clase burguesa empezó a practicar deporte como parte de sus formas habituales de ocio, también se comenzó a asentar la idea de que lo importante era participar y no ganar. Esta moral asociada al deporte contrasta en la actualidad con la desaparición de los valores positivos que a lo largo de la historia le fueron implícitos, como la constancia, el compañerismo y el esfuerzo. De este modo, el gremio de psicólogos cuestiona que la práctica de ciertos deportes desarrolle los valores que siempre le fueron asociados, perdiendo así su esencia.

En relación al debate, la psicóloga gallega y especialista en psicología del deporte, Madó González, explica que "el deporte en sí mismo lleva muchos más valores implícitos más allá de la idea del éxito y de los resultados aunque a veces hagamos un mal uso de ellos". La profesional comenta que esta mala praxis no se extiende a todos los deportes, siendo el fútbol el más afectado por esta pérdida de valores asociada a circunstancias económicas: "El fútbol es un deporte donde se mueve mucho dinero, por lo que en muchas ocasiones el prestigio se identifica con el dinero". Según Madó González, este fenómeno no se produce en todos los deportes: "Existen otros menos considerados mediáticamente y con menos medios económicos como el atletismo en el que predominan valores como el sacrificio y el esfuerzo".

La razón de ello, según la psicóloga, reside en los asuntos de carácter monetario que priman en industrias como la futbolísitca. "Influye mucho que en los medios de comunicación se hable de cantidades de dinero desorbitadas y de traspasos y fichajes millonarios". Para Madó González, la labor de los entrenadores, de los responsables de clubs y de las federaciones es fundamental. "Al margen de que el resultado sea importante como valor colectivo, los jugadores también deben orientarse a otro tipo de objetivos personales en relación al aprendizaje y el desarrollo", comenta.

Para los expertos, el fenómeno de que en ocasiones los referentes sean deportistas de élite u organismos internacionales como la FIFA, cuyo comportamiento y moralidad está siendo duramente cuestionada en los últimos tiempos, hace peligrar los valores positivos del deporte. Figuras que en teoría deberían ejercer de guardianes del buen hacer no cumplen con algunos de los objetivos que deberían tener en mente, como es el dar ejemplo a nuevas generaciones.

Así, el olímpico José Antonio Cecchini Estrada afirma que los resultados de varias investigaciones internacionales desmontan los tópicos, concluyendo: "La práctica del deporte en la actualidad no desarrolla valores y bajo determinadas circunstancias, los resultados pueden ser justamente los contrarios a los que en teoría se deben perseguir".

En relación al vínculo entre el deporte y el dinero, el catedrático de economía Plácido Rodríguez Guerrero comenta: "Se están perdiendo los valores de la práctica del deporte porque se ha producido una profesionalización excesiva en la búsqueda de resultados y el éxito, y para conseguirlo se ha instaurado el todo vale. Ahí están el dopaje, el amaño de resultados y las prácticas corruptas en general". Rodríguez Guerrero comenta que lo que priman son los ídolos y la búsqueda del éxito y del dinero: "Todos quieren ser, o que sus niños sean, como Messi, o como el ciclista Lance Armstrong, sin pensar en lo que hay detrás".