El sábado recibía uno de los premios Joan Ramón Mainat, que concede el FesTVal de Televisión. Uno más que María Escario suma a los que ha recibido a lo largo de su carrera, una trayectoria en la que lo único que ha pretendido es ser "una persona honesta y coherente delante y detrás de una cámara". Está de celebración porque este año cumple tres décadas ligadas a Televisión Española (TVE) en las que se ha "metido cada día" en millones de hogares españoles, y es que, según reconoce en una entrevista con la agencia Efe, "el roce hace el cariño" y después de tanto años "te ven como alguien cercano y fiel".

-Acaba de recoger un Mainat, que se une, entre otros, al Ondas que posee. ¿Qué suponen estos reconocimientos?

-No es fácil llevar tantos años en televisión, en un medio tan agitado y convulso, y esa presencia mía tantos años en cámara también hace que la gente se haya familiarizado conmigo y me vea como alguien cercano, alguien que se mete en tu casa cada día. Al final, el roce hace el cariño. También llevar tanto tiempo pegada a la actualidad deportiva y haber permanecido fiel a esa línea. Creo que eso también es lo que reconoce ese premio, al menos yo lo interpreto así: un premio a la constancia.

-Junto a mujeres como Olga Viza o Elena Sánchez ha sido pionera del periodismo deportivo femenino español. ¿Cómo se vivía en aquella época el papel de la mujer periodista?

-En aquellos años era muy difícil abrirse camino siendo mujer, porque aquello era un terreno acotado para hombres, prohibido a las mujeres. Pero al final, te vas abriendo camino con tu trabajo y con la constancia. Tuve que empezar a abrirme camino especializándome en un deporte de mujeres como es la gimnasia rítmica. Cuando llegué a la redacción de deportes de TVE, me di cuenta de que los deportes estrellas -los más mayoritarios- estaban absolutamente copados por hombres.

-¿Ha evolucionado o sigue habiendo machismo en el periodismo deportivo?

-De otra manera, más sutil, si quieres, pero claro que existe. No se miran igual las noticias con protagonismo de mujeres que de hombres, salvo cuando hay una medalla o un podio de por medio. Entonces sí, entonces todos nos ponemos en la foto. Pero, habitualmente, el seguir la información deportiva femenina no existe como esa especie de obligación que tendría que pasar en un medio público como TVE, donde se tiene la obligación de luchar por la igualdad en todos los sentidos, en toda la información, y también en la deportiva.

-¿Con esa madurez afrontó su relevo el año pasado como presentadora de los deportes en el telediario después de 20 años?

-Cuando llevas 21 años ininterrumpidos presentando un telediario, de alguna manera ya tienes mentalmente hecha la maleta para que cualquier día te den la palmadita y te digan que viene otra persona. Con el paso de los años, entendí que ese momento tenía que llegar. Otra cosa son las formas. El hecho en sí, perfectamente entendible; lo que nunca entendí ni entenderé son las formas.

-¿Qué siente cuando le dicen que es un referente?

-Intento relativizarlo. Insisto, creo que es una cuestión de tiempo, de fidelidad, de llevar tiempo y de que la gente te ve como alguien cercano. Lo único que he pretendido hacer en la vida, delante y detrás de una cámara, es ser una persona honesta en su trabajo y, si eso ha traspasado la pantalla, pues fenomenal.