Los callos saben a gloria en septiembre. Salceda de Caselas consiguió hacer la boca agua a los cientos de personas que saborearon el potaje en su Festa dos Callos, ya veterana y consolidada, que ayer cumplió sus primeros 23 años de existencia. Unas 20.000 raciones se despacharon en el recinto festivo, en la Praza do Concello, desde primera hora de la mañana. Unos las compraron para compartirlas en casa con la familia, otros prefirieron hacerlo bajo la carpa, en un ambiente de fiesta total.

La pregonera y actriz, Isabel Risco, se metió al público en el bolsillo, desgranando un discurso que situó a Salceda por las nubes, asegurando que el festejo coloca a la villa "en el centro del mundo, con los mejores callos del mundo, los mejores cocineros del mundo..." Sin separarse de una olla de barro, se refirió a las 20.000 raciones preparadas para servir durante el día. Identificó cuántos asistentes eran de Salvaterra, cuántos de Tui, de Mondariz, de Ponteareas, portugueses, de Porriño, Parderrubias, Picoña.... Recordó la riqueza culinaria de los callos e hizo una inmersión en la historia y aseguró que "los romanos quedaron flipados con los gallegos, con lo que comíamos y bebíamos.... Y así seguimos". Bajó hasta el recinto para entremezclarse con el público, levantar la tapa de la olla y dar a probar cucharadas del potaje.

El alcalde salcediense, Marcos Besada, antes de comenzar el acto, pidió un minuto de silencio, seguido de aplausos, en homenaje a las víctimas del accidente del rally de A Coruña. Estuvo acompañado por los alcaldes de Tui, Salvaterra, Mondariz, diputada provincial de Xuventude, concejales y artistas, como el pintor Puskas. La concejala Teresa Pérez, coordinó la fiesta.

Entre los comensales, miembros de la peña caballar "Os foraxidos" de San Estevo de Budiño, desayunaron callos con vino mencía de Ribeira Sacra. Para comer, también esperaban callos en sus casas. "Es sagrado, cada año venimos a la fiesta", precisó Manuel Álvarez Fernández, conocido como "El gorrión". Niños y niñas, como Antía, de ocho años y vecina de Guillarei, conocieron por vez primera el festejo. La fidelidad es algo que se palpó en directo con varias personas que cada año asisten a este ritual desde su inicio, hace 23 años. Es el caso de Antonio Bernárdez, de Alxén (Salvaterra), residente en Vigo. "Están muy buenos, son caros, pero vale la pena. Comemos dos entre tres". Es un enamorado de Salceda porque "está muy bonita y el ambiente es muy agradable. Mi abuela era de aquí", contó. La familia Veloso, de Barreiro y San Xurxo, es otro de los casos. Junto a ellos estaban Teresa y Alfonso, que se estrenaron en el festejo. Llegan desde Illa de Arousa, donde su hija tiene un chiringuito con buen marisco.

"Queremos proyectar Salceda al mundo", dijo el alcalde Marcos Besada, agradeciendo la asistencia y labor de todos, y la atención de los emigrantes que siguen desde lejos este acontecimiento. El jefe de cocina, Alejandro Alonso, dirigió el proceso culinario que, como siempre, se ganó el sobresaliente que muchos le dieron.