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Los pasos más provechosos

Profesores de danza clásica y fisioterapeutas gallegos reivindican esta actividad como una de las más completas para los niños, con beneficios que les valdrán para toda la vida

Pina Baush dijo una vez: "Danzad, danzad, o estaréis perdidos". Estas palabras tan populares expresadas por la emblemática bailarina adquieren un sentido aún mayor en boca de otro bailarín o en la voz de maestros y profesores de danza, que cada día enseñan a niños a los que en muchas ocasiones ven crecer hasta convertirse en grandes bailarines. La cita de Pina también se impulsa con la opinión de profesionales de la anatomía como los fisioterapeutas, que destacan el provecho que los pequeños pueden extraer de practicar danza clásica en los primeros años de edad.

La bailarina de clásico español y flamenco, Rebeca Sánchez, inicia el relato de beneficios advirtiendo: "Lo ideal es que los niños que empiezan a bailar lo hagan tomándolo como una actividad extraescolar que no ocupe más de dos horas semanales, y si después del primer año sienten que les gusta, que se lo empiecen a tomar más en serio".

"Que empiecen para divertirse y desarrollar su creatividad" es la premisa básica para Rebeca. Ella empezó a bailar con cuatro años. Quizá la dureza y la disciplina de sus entrenamientos en aquella época provoquen que actualmente vea como una "salvajada" los ensayos de cuatro horas diarias a los que estaba sometida: "Con 10 años un podólogo me dijo que tenía pies de anciana".

El fisioterapeuta vigués David Núñez también advierte que a un nivel de élite, "el ballet es agresivo para el cuerpo en parte por sus posturas extremas y anti naturales. Quizá en un principio no se noten las consecuencias, pero con el tiempo sí". Según David, los problemas pueden surgir en "tobillos, pies o articulaciones machacadas". Por su parte, Rebeca destaca que el aspecto negativo de la práctica de danza a un nivel profesional es "la exigencia, el esfuerzo y la dedicación diaria". "No hay otra forma de llegar con buenas condiciones técnicas a la edad adulta". La maestra indica entre risas: "Recomiendo a los padres que se aseguren de que los niños quieren hacerlo y están motivados. A veces veo mas motivados a los padres que a los hijos".

La perspectiva de la fisioterapeuta compostelana Ana López sobre las repercusiones de la danza para para el físico y el intelecto de los más pequeños son realmente positivas: "Aprenden a socializar, trabajan la disociación de la parte superior, inferior, izquierda y derecha y alinean la columna". En este sentido, Ana destaca los "vicios" posturales adquiridos por los niños como fruto del estilo de vida actual: "las mochilas, los ordenadores..", comenta, al tiempo que destaca: "Aprenden una postura que a través de la danza, se va convirtiendo en algo natural que los acompaña durante toda la vida".

Como actividad más allá de las carreras de élite, Rebeca explica los beneficios y comparte la opinión de la fisioterapeuta: "Los niños adquieren disciplina, memoria figural y a la larga evitan malas conductas posturales".

La directora de escuela, profesora y bailarina viguesa Susana Castro destaca la creatividad que los más pequeños desarrollan con la danza: "La creatividad de los niños empieza a disminuir cuando empiezan la escuela y el ballet les aporta musicalidad y capacidad de creación". A un nivel más físico explica: "Los alumnos también asimilan una postura, con una colocación correcta de hombros y pelvis", concluye.

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