Jason Stanham debería estar muy agradecido a "Transporter Legacy" porque, comparado con el tal Ed Skrein que han elegido para sustituirlo, tiene el carisma de Sean Connery y el talento de Al Pacino. Refundar una franquicia metiendo la pata desde el principio en la elección del actor principal es una muestra de torpeza que anticipa el desastre que viene a continuación. Es imposible tomarse en serio a Skrein y tampoco se le puede tomar a broma porque todo es muy aburrido, una cadena de lugares comunes con un guión andrajoso que sólo sirve como excusa para empalmar escenas de acción sin preocuparse por hacer mínimamente interesantes los personajes y tirando de manual en la resolución de las persecuciones y peleas. A los aficionados a la serie les puede hacer gracia. El resto haría bien en escapar a todo gas.