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Los efectos de las nuevas tecnologías en el desarrollo cognitivo

A más pantalla, peor rendimiento escolar

Un estudio de la Universidad de Cambridge demuestra que los menores más expuestos al móvil, las tabletas, el ordenador o la tele tienen peores notas -Expertos gallegos aconsejan más control

A más pantalla, peor rendimiento escolar

Televisión por la mañana, tableta a mediodía, videojuego y ordenador por la tarde y móvil a todas horas. Es una realidad que, en la mayor parte de los hogares españoles, niños y adolescentes pasan demasiado tiempo expuestos a una pantalla. Y este abuso tiene sus consecuencias. Así lo demuestra un estudio realizado por la Universidad de Cambridge que destaca que estos alumnos tienen un mayor riesgo de sacar hasta dos puntos menos en sus notas escolares que aquellos que no abusan de las nuevas tecnologías.

El estudio, en el que han participado 800 estudiantes de entre 14 y 15 años, revela que pasar una hora extra conectado a internet o frente a la televisión está vinculado con la reducción de 9,3 puntos a la edad de 16 años (equivalente a dos grados, en el sistema británico, al pasar de una B a una D), y que dos horas extras de exposición a las nuevas tecnologías está vinculado a una pérdida de 18 puntos. En concreto, los científicos encontraron que la actividad más perjudicial para los estudiantes era ver la televisión.

Para realizar el análisis, los analistas británicos siguieron de cerca a los estudiantes durante un tiempo determinado para ver cómo sus diferentes comportamientos afectaban a sus resultados. Asimismo, el estudio -que ha sido publicado en la revista científica 'International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity' (IJBNPA)- ha determinado que, por el contrario, aquellos alumnos que realizan alguna actividad física no ven afectado su rendimiento escolar, mientras que los estudiantes que pasan una hora extra haciendo los deberes y leyendo, sí que tenían unas notas mayores que el resto, con una media de 23,1 puntos más.

Pedagogos, pediatras y psicólogos gallegos consultados coinciden con los autores del estudio en que es necesario que los padres y madres de adolescentes limiten el tiempo de exposición a las pantallas a sus hijos. "Antes de los cuatro años, de hecho, pienso que la exposición debería ser nula o muy escasa, ya que en esos primeros años es fundamental que los niños aprendan tocando, palpando, descubriendo texturas y experimentando y todo el tiempo que pasan ante una pantalla es tiempo que quitan a ese otro aprendizaje esencial", advierte Teresa Valls, presidenta de la Asociación Galega de Pediatría de Atención Primaria. "A partir de esa edad, el abuso de las pantallas provoca que los niños no se esfuercen en aprender de la experiencia", añade Valls.

La pediatra admite que existen numerosas aplicaciones educativas que aportan grandes beneficios a los escolares, "no es cuestión de decir que todas las tecnologías son perjudiciales, para nada, pero el problema es que la mayoría de los niños pasa mucho tiempo con vídeos de muy dudoso contenido educativo", concluye.

También la doctora en Pedagogía de la Universidade de Santiago, Adriana Gewerc, destaca la importancia de "no demonizar" el uso de las tecnologías: "No matemos al mensajero, internet no es el problema, sino es uso que en la escuela se haga de ésta y otras tecnologías", apunta. La pedagoga recuerda que "no podemos obviar la cultura en la que vivimos, que va transformándose, y que cada generación es producto de esa cultura; la forma de trabajar, comunicarnos y relacionarnos ha cambiado y no podemos pretender que la escuela no se adapte a esos cambios", afirma. Aún así, destaca que es "de sentido común que el abuso es perjudicial, pero igual que lo es que un niño solo lea en su cuarto a solas; las nuevas formas de comunicación y aprendizaje necesitan esas tecnologías", explica. Gewerc admite que los niños y adolescentes actuales, acostumbrados a la "multitarea", tienen dificultades para concentrarse en una sola cosa, "sin embargo, desarrollan otras habilidades que no tienen generaciones anteriores".

Por su parte, a la orientadora escolar del IES Chapela, Esther Mato, no le extrañan nada los resultados del estudio. "En el año 2013 nos encontramos con unos cursos de la ESO bastante conflictivos y con bajo rendimiento escolar; investigamos un poco y vimos que la mayoría estaba un mínimo de seis horas enganchados a las redes sociales y no podían vivir sin conexión. Pedimos la colaboración de los padres para poner normas y límites y nos encontramos con que éstos también tenían bastante dependencia de las tecnologías", describe. Desde entonces, en este instituto han estado muy atentos a este problema y ofrecen a los padres una serie de sugerencias para controlar el uso de las tecnologías. "Además de bajar el rendimiento escolar, hemos visto que los alumnos, por muchos amigos que tengan en las redes, en realidad están muy aislados", concluye la psicóloga.

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