El Papa Francisco acudió ayer a una óptica en el centro de Roma para renovar sus gafas y sorprendió a los turistas que se encontraban en la zona, según "L'Osservatore Romano". El pontífice se desplazó en coche hasta el centro y, ya en el interior, se sometió a un examen óptico y se probó diversas monturas, mientras decenas de personas se congregaron en la puerta del establecimiento para poder verle salir y recibir su saludo.