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Siete décadas al servicio de pacientes de Vigo

En 1943 abrió la única clínica en Galicia de la Orden, que atiende 250 pacientes al día y 230 internos -"Impacta la muerte de dos hermanos por ébola, pero la labor diaria es importante"

Un grupo de pacientes, ayer en Vigo. // Ricardo Grobas

Tal día como el pasado martes, un 1 de septiembre de 1943, abría sus puertas en Vigo la única clínica en Galicia que tiene la fundación de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios: el Hogar y clínica San Rafael. El edificio del centro es ya todo un emblema para la ciudad setenta y dos años después y cada día atiende a unos 250 pacientes del Sergas, más concretamente derivados de la EOXI de Vigo para Atención Temprana y Logopedia. Ubicado en la calle San Xoán de Deus -entre Tomás Alonso y Camino de Cordoeira, en el barrio de Coia- sus orígenes en la ciudad se remontan a finales de 1935, cuando arrancó la construcción de un hospital en Vigo que diera cobertura a las necesidades de los niños aquejados de secuelas de la poliomielitis y malformaciones físicas derivadas de otras enfermedades. Con el paso del tiempo, la atención prestada fue cambiando a medida de las demandas de la sociedad.

El premio Princesa de Asturias a la Orden "es una satisfacción, por lo que supone de reconocimiento al mérito social de los Hermanos de San Juan de Dios, que siempre realizan de forma callada una labor de atención a la persona necesitada en todos los ámbitos, desde la salud mental, a la discapacidad física, transeúntes, toxicómanos... ", explica el director gerente del Hogar y clínica San Rafael de Vigo, José Antonio Atienza. "Tratamos de cubrir las necesidades amplias de las personas y nos sentimos muy respaldados por la sociedad viguesa", añade.

Hoy en día, la fundación gestiona en el centro de Vigo hasta 230 plazas para personas con discapacidad intelectual, 104 en régimen de internado y otro centenar como centro de día. Acoge también un servicio de logopedia, fisioterapia, psicomotrocidad, rehabilitación para edad pediátrica y atención temprana en régimen ambulatorio. El edificio de piedra, construcción inicial, es la residencia de los usuarios, aunque la capacidad del centro asciende a cuatro edificios. Desde el año 1963, el centro acoge a personas con discapacidad intelectual, con necesidades de apoyo.

"Damos asistencia directa a las personas y esto supone el reconocimiento de que la labor que estamos haciendo se valora socialmente y es necesaria", explica Atienza. "A veces el impacto se produce, como ocurrió el pasado año, con la muerte de los dos hermanos de San Juan de Dios que fallecieron víctimas del ébola en África y eso llama mucho la atención, pero la labor de apoyo día a día es muy importante en todos los centros de los que la Orden dispone en el mundo", añade el director.

Actualmente, el volumen de internos y pacientes requiere del empleo de hasta 78 trabajadores laicos, junto a siete hermanos de la comunidad religiosa, que trabajan junto a 21 voluntarios en el centro en estos momentos, según matiza el director gerente.

No en vano, toda la construcción ocupa una parcela cerrada de unos 15.000 metros, con áreas de actividad distribuidas en cuatro edificios comunicados, por paso subterráneo o cubierto, con objeto de facilitar la comunicación entre ellos para aquellas actividades que requieran desplazamientos internos. También cuentan con zonas ajardinadas y deportivas

Realizan hasta once talleres ocupacionales, que pasan por enseñar aspectos de apoyo a la industria conservera -estuchado e introducción en cajas- o madera. Estas clases se desarrollan en el edificio más grande, que cuenta con casi tres mil metros cuadrados, destinado a los talleres ocupacionales y sala de exposición de los productos elaborados y también acoge las aulas de informática y de hogar. Además, existe un área para estimulación sensorial y fisioterapia de mantenimiento.

El área educativa del Colegio San Rafael está integrada por seis unidades concertadas de Educación Especial, que atiende a grupos reducidos de alumnos con necesidades educativas especiales, a lo largo de toda la etapa obligatoria y hasta los 21 años, proporcionando una atención individualizada.

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