Ser celta consiste en buscar la felicidad, apunta uno de los gaiteros españoles más internacionales, Carlos Núñez, que regresa hoy al Festival Intercéltico de Lorient, el más importante del mundo en su género, después cinco años. El gaitero, que actúa esta noche con la Orquestre Symphonique de Bretagna, completa un cartel que también contó con la presencia de los artistas gallegos Edelmiro Fernández y Alberto Coya.

"El concepto de celta es una utopía sobre un mundo mejor y en la música tiene como musa o fuente de inspiración la cultura de todos nuestros países, pero en su imaginario está la unión universal y la búsqueda de la felicidad", indica Núñez.

"Cambia la liturgia, el camino a recorrer, pero el final es la felicidad. Esta música la entienden en todas partes", sostiene Carlos Núñez.

El gaitero vuelve al festival que le vio debutar con 13 años, donde confiesa haberse sentido artista "por primera vez", despertando en él una energía especial y una necesidad de transmitir el mensaje céltico y darle vida.

"Es -dice- una gran emoción regresar a Lorient, que se creó el año en que yo nací, en 1971. Tras hacer el 'camino de Santiago' por el mundo, me di cuenta del peso que tiene esta música. Es un honor".

En esta ocasión, le acompañarán en el escenario la Orquesta Sinfónica de Bretaña y el Bagad de Lorient, con un espectáculo que causó sensación en Viena el pasado enero.

En aquella actuación, junto con la Sinfónica de la capital austríaca, en el templo de la música clásica, la Musikverein, recordó que la música celta existe en las obras de los compositores más clásicos, como Beethoven.

"Es milenaria, está relacionada y es inspiradora de todos los demás estilos. Desde hace siglos -subraya- existe una interconexión entre todas las músicas".

Lorient, en su opinión, ha sido responsable de evidenciar ese lenguaje común, con "un nuevo concepto de interceltismo" y de unión "a través del mar".

Pero, a su juicio, es necesaria una nueva revolución: "A la gran familia celta que ya conforman todos los países destacados dentro de este arco intercéltico deberían integrarse otras muchas regiones de la península ibérica".

El norte de Portugal, por ejemplo, "tiene unas raíces profundas muy parecidas a Galicia o Asturias", al igual que "Cataluña, Baleares y hasta Andalucía", mientras que "en Castilla, instrumentos como la dulzaina respiran ese mismo aire celta", defiende.

Su trayectoria refleja, de hecho, que no es ajeno a la fusión. Tras lanzar hace casi 20 años "A irmandade las estrellas" (La hermandad de las estrellas), en los más de diez discos publicados ha colaborado con artistas de todos los géneros y participado también en bandas sonoras de oscarizadas películas, como "Mar Adentro".

Y su último álbum, "Inter-celtic", presentado el año pasado, cuenta con la participación de los irlandeses The Chieftains o Sharon Shannon, entre otros.