La ruta marítima jacobea O Cabaleiro das Cunchas culminó ayer en la isla de San Simón su sexta edición de la tradicional travesía, tras una semana de peregrinaje. Un camino que ha sido aceptado por la Catedral de Santiago a los barcos que completen más de 200 millas náuticas.

El origen de la ruta está basada en una leyenda que transcurre en Bouzas, pasado Portugal, ya en las costas de Galicia, donde se estaba produciendo una boda. En ella, uno de los entretenimientos habituales era competir a diversos juegos como "abofardar". Un pasatiempo en el que los señores, montados a caballo, lanzaban al aire sus lanzas, teniendo que recogerlas a galope antes de que cayesen al suelo. Cuando fue el turno del novio, cayó en el mar y, en su desesperado intento de recuperarla, lo que consiguió fue ahogarse. Sin embargo, cuando todos lo daban por muerto, sucedió el gran milagro. Al paso de una barca luminosa, que contenía los restos del Apóstol Santiago, el caballero emergió de las aguas con sus ropas y caballo cubiertos de conchas de vieira.

El trayecto comenzó el sábado 1 de agosto en la Vila de Bouzas y tras pasar por Póvoa do Varzim, Viana do Castelo, Cíes, Sanxenxo, A Pobra do Caramiñal, Arousa y Boiro, 25 embarcaciones de vela de entre 14 y 18 metros de longitud y de motor llegaron a Santiago de Compostela el pasado jueves 6 de agosto. Allí, después de la asistencia de la Misa del Peregrino, los viajeros se despidieron ayer en San Simón con la entrega de las certificaciones de haber cumplido los requisitos que les hace merecedores de su bendición apostólica.

Tras la foto de familia y el recorrido por la isla, los peregrinos marítimos retornaron a la Vila de Bouzas, con miras y la ilusión puestas en 2016.

En palabras del presidente de la asociación de la ruta Javier Grande, la travesía trata de "explotar" el turismo marítimo y "dar a conocer" estos pueblos para favorecer su economía local. Mientras tanto, la asociación lucha contra viento y marea contra el "principal problema", la financiación, como es habitual, y confían en ganarse el reconocimiento de todos los organismos oficiales, a la vez desumar más barcos para la próxima edición.