Hay películas que matan. Esto lo sabe bien el crítico Jesús Palacios (Madrid, 1964), que presentó en la cuarta edición del Festival Celsius 232 de literatura fantástica, de ciencia ficción y terror, su ensayo "Hollywood maldito" (Valdemar, 2014), un repaso a siglo y pico de muertes tremendas, de misterios sin resolver o, simplemente, de casualidades "que no son simples", apostilla el escritor, asturiano de adopción, fijo en todos los festivales de género de todo el país. "Se trata de una secuela de un libro que escribí hace muchos años, a mediados de los noventa. Se llamaba "Satán en Hollywood" y en él estudiaba las relaciones paranormales de estrellas, productores y demás... Había en aquel libro un apéndice que recogía una serie de películas con leyenda incorporada. Esas son las que retomo ahora", confiesa Palacios mientras se forma una pequeña cola de aficionados que buscan su firma.

La película que más mata. Es, sin duda, "La semilla del diablo", de Roman Polanski, la historia Rosemary y su relación con Satanás. "Resulta que Sharon Tate, la esposa de Polanski, fue asesinada por la familia Manson, la banda de psicópatas tan salvaje que dirigía el propio de Charles Manson. La película va de una mujer embarazada que está amenazada por una conspiración. Sharon Tate cuando fue asesinada, estaba embarazada. Pero esta película acumula más episodios extraños: la muerte del compositor, la enfermedad que casi estuvo a punto de llevar a la tumba a su productor. Y, sobremanera, el escenario exterior: los apartamentos Dakota, al pie de Central Park, en Nueva York. Allí vivía John Lennon y allí fue tiroteado. Se da la circunstancia de que Lennon fue el autor de "Revolution 9", la canción que escuchaban los Manson".

El personaje más arañado. Superman es el personaje de ficción más maldito de todos. "Todos los que lo han interpretado han sufrido un destino trágico en sus vidas. Christopher Reeve sufrió un accidente y quedó tetrapléjico. George Reeves, el clásico, fue asesinado. Se la paradoja de que 'el hombre que es más rápido que una bala' quedó fulminado por una bala. Kirk Allen, el primer Superman no hizo más en su vida. Los creadores de la criatura, que habían vendido sus derechos a DC Comics, pleitearon con la editorial para que al menos pudieran recibir una pensión más o menos digna", asume el crítico.

La primera película maldita. "Sin duda es 'Nosferatu'. La produjo el ocultista alemán Albin Grau. Se dijo que su protagonista era, efectivamente, un vampiro. Murnau hizo peligrar la vida de su equipo mandándolo a rodar a las altas montañas de Bohemia. Y Murnau, el director de la célebre película, murió en un accidente. Se dijo que su fallecimiento se debió al hecho de haber rodado 'Tabú', en la Polinesia", asegura el crítico de cine y literatura.

El "malditismo" moderno. "Max von Sidow, que era incrédulo, pero participó en 'El exorcista' dijo algo evidente: que los rodajes duran mucho, que tienen mucho personal y que siempre se muere. La prevención de riesgos laborales acabó con el malditismo: nadie se descuelga de de un puente, para eso están los efectos digitales. Aún así tenemos el caso de Paul Walker, el de "A todo gas", muerto en accidente de tráfico. ¿Casualidad?"