Enrique Juncosa (Palma de Mallorca, 1961) es poeta y publica ensayos sobre arte contemporáneo. Los más recientes son el poemario "La destrucción del invierno" y el ensayo "The Irish Years, Selected Writing", publicado en inglés y prologado por el novelista y periodista irlandés Colm Tóibín, de quien tradujo obras al castellano, así como de Julian Barnes y Djuna Barnes.
-Fue subdirector del Museo Reina Sofía, en Madrid y del IVAM, en Valencia. Trabajó para la Tate de Londres, el Centre Georges Pompidou de París y fue director del Irish Museum of Modern Art, de Dublín. ¿Lo echa de menos?
-Sigo haciendo exposiciones. El día 16 inauguro una en Caixafórum, sobre el legado del minimalismo. El día 29 otra en el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza con un artista escocés y otro alemán. Y estoy preparando otra para octubre, en Granada. También sigo escribiendo sobre arte.
-Por su labor entre 2003 y 2011 en el Irish Museum of Modern Art de Dublín recibió del Estado la Orden del Mérito Civil.
-Fue muy bien todo el trabajo allí. Era un museo joven en el que yo era el segundo director y abrí mucho la visión del museo a nivel internacional, desarrollando la colección. La verdad es que fui muy popular allí, así que la embajada española me puso la condecoración.
-Con respecto a los museos de arte contemporáneo, ¿no cree que hay muchos, con quizás poco contenido?
-En Galicia no sabría decir, porque no conozco demasiado para opinar. Pero creo que los políticos están demasiado involucrados con la cuestión cultural en los museos; es algo técnico. No tendría que cambiar cuando hay elecciones. En Irlanda no se cambia a los directores. Antes, aunque pusieran a gente del arte, parecía que cada político ponía al suyo. Y eso no es hacer política del Ministerio, es un trabajo técnico específico. Los políticos creen que todo es un capricho de quienes llevan las instituciones, en vez de entender que hay un conocimiento específico.
-¿Aceptaría usted un cargo institucional?
-Depende, podría ser. Yo soy escritor, sobre todo de poesía pero en los últimos años tenía muchas de escribir narrativa. Fue una decisión muy difícil porque me iba bien en los museos y podría seguir, pero decidí que no. De momento estoy contento porque tengo una novela que va a salir en marzo, "El mundo rutilante", en la misma editorial que he publicado un libro de cuentos.
-Su primera novela.
-Más que novela es un conjunto de episodios sobre el mismo personaje, que es un artista muy famoso y tiene una vida desenfrenada de drogas y sexo...y estoy a punto de acabar otra. También estoy trabajando en cine: he escrito dos guiones. Uno para una película francesa de ficción, que se llama "Los tiempos de la ceniza" y otro para un documental sobre la época hippie, porque he estado tres años viviendo en Ibiza y que hemos prevendido a varias televisiones.
-¿Se fue a la Patagonia en busca de inspiración, o fue la creación quien lo atrapó a usted viajando a la Patagonia Argentina?
-Estuve dos meses en Chubut, en la Patagonia Argentina, donde tengo un amigo que tiene allí algo que ellos llaman 'chacra'; es una estancia ganadera con ovejas y vacas, donde residen gauchos. Son unos terrenos muy secos y desérticos en los que apenas hay vegetación; una zona muy despoblada. Era la tercera vez que iba. Las otras veces había pasado allí dos semanas, pero esta ocasión viajé por toda la Patagonia, desde Buenos Aires a El Calafate. "La destrución del invierno" son poemas en respuesta del paisaje de allí. Otros son reflexiones.
-¿Cómo nace la muestra de sus poemas, con obra pictórica de Juan Uslé que expone en Vigo?
-En el momento que el pintor Nelson Villalobos me propuso hacerlo yo no tenía poemas. Ya había trabajado el artista Juan Uslé, comisariado sus exposiciones y a él le había llamado la atención por la disposición de los poemas, un libro que yo estaba preparando. Es una serie que había escrito durante varios viajes a la Patagonia. Como son paisajes desérticos algunos poemas están escritos alargados. Y él tiene pinturas de estratos que parecen estrofas y que funcionan combinados.
-¿Desde cuándo se conocen?
-Uslé y yo nos conocimos a principios de los años 90. Colaboramos en varias ocasiones. Luego, fui comisario de su retrospectiva en el Palacio Velázquez de Madrid, que luego viajó al SMAK de Gante, al Irish Museum of Modern Art, de Dublín y a la Fundación Marcelino Botín, de Santander.
"Era un niño cuando traté a mi tío-abuelo Miró, y entonces me intimidaba un poco"
- -Tiene usted un ascendente tan destacado como el pintor Joan Miró. ¿Cómo se lleva esa fama a la espalda?-Era un tío de mi padre. Cuando vivía en Mallorca sí lo veía, porque en verano íbamos a nadar a su casa y ese tipo de cosas. Siempre lo recuerdo trabajando muchísimo. Cuando él murió yo tenía 21 años; era demasiado joven cuando lo conocí. En esa época me intimidaba un poco. Me llamaba la atención ya entonces porque me gustaba el arte y en su casa había cuadros de Georges Braque; esculturas de Alberto Giacometti y que no tenían las demás casas...
