El cineasta Isaki Lacuesta, catalán de ascendencia vasca, conoce bien el cine que se hace hoy en Galicia. Enumera nombres como Oliver Laxe, Ángel Santos, Ramiro Ledo o Lois Patiño. Promesa del cine -la editorial "Phaidon Publishing House" lo eligió en su libro Take 100: The future of Film como uno de los directores destinados a marcar el futuro-, Isaki reconoce que trabaja "rodeado" de vigueses. Se refiere al guionista Fran Araújo; al productor Rafa Portela -de O Morrazo- y a la montadora de Redondela, Diana Toucedo. El próximo fin de semana (12, 13 y 14 de junio), Isaki visita Vigo por segunda vez. Y lo hace para impartir un curso de cine documental intensivo con la Agrupación Cinematográfica Galega, bajo el título "Lo nunca visto".
-¿Hay algo que nunca hayamos visto o nunca hayamos mostrado?
-Creo que en Vigo estaré a tiempo de pensar más en ello, pero en principio sí lo creo. Tenemos la sensación de que nos rodean más imágenes que nunca, pero cabe preguntarse si no responden a los mismos paradigmas. Podría dar la impresión de que se proyectan más películas que nunca. Pues en los años 80, en España se estrenaban cinco mil películas al año y hoy solo mil y pico. Es decir, muchas salas proyectan lo mismo.
-¿Más imágenes repetitivas?
-Sí. Probablemente lo sean muchas de ellas. Lo mismo que ha ocurrido con la acumulación de capital, que cada vez está en menos manos, sucede con las fuentes emisoras de imágenes. La prueba es la propia producción cinematográfica. Soy escéptico en cuanto a la supuesta existencia de una mayor diversidad que nunca. Sin embargo, soy optimista con la posibilidad de seguir viendo cosas nuevas, con ópticas distintas a las habituales. El siglo XX ha sido prolífico en imágenes, así que creo que merece la pena pensar si queremos ver cosas nuevas, o retomar antiguas.
-"Murieron por encima de sus posibilidades", una sátira sobre la crisis, fue proyectada en una sala alternativa en Galicia, la "Numax" en Santiago.
-Me encanta ese proyecto. Además, como recuerdo de "Numax presenta" (Joaquín Jordà, 1980), el film del que toma el nombre, proyectar allí ha sido muy bonito.
-Ese filme, producido como cooperativa, con actores y actrices como Imanol Arias, José Coronado o Luis Tosar, ¿ha demostrado que el cine colectivo funciona?
-Se puede hacer, pero no lo hemos demostrado nosotros. El cine cooperativo es una fórmula, otra vía. Nosotros quisimos hacer una película sin pedir permiso a las televisiones, ni subvenciones, y hacerla cómo y cuándo quisiéramos. Pensamos que era la mejor alternativa. Muchas veces creo que pasamos demasiado tiempo en la cola de las quejas y reclamaciones, que hay que pasar directamente a la acción y plantear alternativas. El actor José Sacristán recordaba mientras rodábamos la película argentina dirigida por Adolfo Aristarain, "Un lugar en el mundo", que se rodó en régimen de cooperativa y llegó a estar nominada a los Oscar.
-También está Carmen Machi, Raúl Arévalo... ¿Cómo ha conseguido embarcar a todos esos actores sin presupuesto?
-Eso ha sido, probablemente, lo más sencillo de la película. Conseguir que los técnicos y los actores se involucraran. Lograr dinero ha sido más difícil que conseguir la implicación de la gente de la cultura, que tiene vocación y muchas ganas de seguir haciendo lo que le gusta. En 2012 todo abocaba al paro y nos planteamos así seguir trabajando. Todos los actores que participaron eran icónicos para representar a España.
-¿Qué sabor le queda?
-Creo que la película ha llegado a su público y ha creado los debates que quería crear. La vida de las películas no termina con su pase en salas, sigue circulando. Ahora sale en DVD y se proyectará en TVE. Pensé que fuera de España no se entendería mucho el tema y sin embargo, gusta en muchos festivales internacionales.
-Este año asistimos al cierre del último laboratorio de procesado de negativos analógicos en 35 mm en España, "Deluxe". ¿El fin de una era?
-Yo creo que no. Cada día es el fin de una época y el principio de otra. No creo en esos momentos marcados. Está bien que haya muchos soportes: rodar en 16mm, en 35mm, con formatos digitales y con móviles. Al igual que un pintor puede hacer acuarelas y óleos. Cuando me dicen por decreto que tengo que renunciar a uno de ellos, sospecho.
-¿Ha supuesto la cámara del móvil una democratización de medios?
-Ese discurso ya lo hemos escuchado en diversas ocasiones desde que apareció el cine; desde los años sesenta cuando aparecen las cámaras de Super8...
-Pero usted cree que cualquiera puede hacer películas.
-Creo que sí, eso es verdad. Pero está bien recordar la importancia de las cosas bien hechas: bien sonorizadas, con buena fotografía... Algo que me interesa es que nunca sabes en qué formato se va a ver tu obra. A veces crees que se verá en pantallas de cine y la película al final se ve en televisión o por internet en un móvil. Es un momento híbrido.
-¿En qué proyectos centra ahora sus energías?
-Acabamos "La próxima piel", un drama con rivetes de thriller, con Emma Suárez y Sergi López, que rodamos en invierno en el monte de Huesca. Estamos concentrados en volver a rodar en Cádiz con los protagonistas de "La leyenda del tiempo" (2006) y seguir filmando el paso del tiempo en los personajes.
-¿Cuál es la última buena película que ha visto?
- "Invisible", de Víctor Iriarte y tengo muchísimas ganas de ver la próxima de Oliver Laxe, "As mimosas", de la que leí el guión y creo que puede ser una gran película. Me parece un ejemplo de cine con vocación artística, así como el de Jorge Coira o Lois Patiño.
