La viguesa Xisela Franco se estrenó ayer en Play-Doc con su film Anima Urbis, que viene siendo la exploración de la vida cotidiana en una ciudad posmoderna, a través de la mirada crítica de una española en Toronto. La autora invita a deambular por la ciudad canadiense, pero también conduce al proceso creativo desplegado en su apartamento, donde realiza el montaje de la película que el espectador está contemplando en la pantalla.
Como ella misma cuenta "no he podido impedir reflejar una parte de mi sufrimiento". Era inevitable que "dada la fuerte experiencia que uno vive como extranjero tornase la cámara a mí misma, como extranjera y cineasta", explica.
En la filmación de su intimidad puede verse a su padre, el periodista de FARO DE VIGO, Fernando Franco, respondiendo a sus preguntas a través de "skype". Ella en Toronto y él en Vigo.
La realizadora lleva acumulados quince años de trabajo en cine documental, en historia y en otro ámbito más artístico y personal.
Realiza sus obras siempre en primera persona y con Anima Urbis. Phil Hoffman supervisó la tesis del master del que forma parte el film que rodó después de recopilar 300 horas de observación de la calle, en Toronto. "Cuando me enfrenté a ese material para aprobar mi tesis, tuve que aportar mi propia experiencia personal". Cuenta como "el proceso de ayudarme a escuchar mi voz artística lo viví de la mano de Phil Hoffman".
Realizó su película entre 2006 y 2009. Reconoce que al mostrar una parte vulnerable de ella como mujer extranjera "no pude lidiar con ella hasta ahora".
El proceso tiene además un desenlace trágico, pues Xisela intentó retocar lo que no le gustaba del film y en el proceso se borró el disco duro, por lo que en Play-Doc se proyectó una copia de esta obra que es una visión femenina con valentía de esta cineasta que se convirtió en archivadora de cine familiar.
