De pequeño tanteó el teatro, como su hermana, la también actriz Celia Freijeiro, pero él prefería tirar petardos y jugar al fútbol con sus amigos del barrio que memorizar textos y ensayar, por lo que lo dejó. Sin embargo, el gusanillo se mantuvo ahí y después de trabajar durante un tiempo en Londres y de hacer sus pinitos como fotógrafo freelance, con 23 años, Pedro Freijeiro se dio cuenta de que lo que realmente quería ser era actor. Tras un primer papel en televisión, en la serie "El faro", afronta ahora un nuevo reto: el de protagonista de "Hospital Real", una serie ambientada en el Santiago del siglo XVIII en la que comparte cartel con Francis Lorenzo, Sonia Castelo, Miguel de Lira, Antonio Durán "Morris", Pedro Alonso y la recientemente ganadora de un Goya Nerea Barros, su hermana en la ficción. Este fin de semana, Pedro Freijeiro estuvo en la Fiesta de la Reconquista de Vigo y lo hizo ataviado como Daniel Álvarez de Castro, el personaje de la serie de Ficción Producciones que se rueda en el monasterio de Herbón y el pazo de Faramello, entre otras localizaciones.

-Este es su primer papel protagonista tras un papel secundario en otra serie de televisión, ¿cómo afronta este nuevo reto?

-Con mucha responsabilidad y con muchas dudas también al principio porque pasaba de tener un papel pequeño en mi primera serie a ser el protagonista en la segunda, una serie además de una de las productoras más potentes de Galicia. Sin embargo, todas las dudas se me disiparon en cuando vi los compañeros de reparto que tenía. Son todos actores de primer nivel y estoy aprendiendo muchísimo de ellos. Y la verdad es que mi personaje es un caramelo. Agradezco mucho que confiaran en mí para interpretarlo.

-¿Cómo ha preparado el personaje?

-Trabajando y trabajando con mi entrenador personal, visitando el zoo de Madrid para conocer los movimientos de los animales, leyendo sobre la medicina y la profesión de médico en el siglo XVIII y paseando, visitando las iglesias... Todo va dejando un poso. Aunque son personajes de otro siglo, los problemas que los atormentaban son los mismos que los que nos atormentan a nosotros. Ahora, la medicina del siglo XVIII en España era terrible. Entre el instrumental de la serie hay una sierra que mete miedo.

-¿Y con qué problemas se enfrenta Daniel Álvarez de Castro?

-Mi personaje pertenece a la nobleza gallega y está estudiando medicina en París cuando el rey Luis XVI es decapitado junto con la familia real. Ante el ambiente convulso, mi padre (Francis Lorenzo) me ordena que regrese. En ese viaje de vuelta soy atacado y herido, y me enamora de Olalla, una aldeana, con quien continúa su viaje hasta Santiago, donde ingreso como médico adjunto en el Hospital Real. Daniel tiene ideas revolucionarias y llega con ganas de cambiar la medicina, pero no tarda en darse cuenta de que la realidad es otra. Su familia tiene otros planes para él y ejercer la medicina que él quiere tampoco le va a resultar tan sencillo.

-¿Y renuncia a sus sueños?

-No, pero está en constante conflicto entre lo que desea y lo que debe hacer.

-¿Tiene ya fecha de estreno?

-Aún no. Hasta el 29 de mayo seguiremos rodando la primera temporada, quince capítulos. Yo creo que va a ser una serie que va a gustar porque es muy jugosa, y además está muy cuidada y esto el público lo nota. Tiene además de todo: misterio, amor, intriga, hasta un asesinato.... y unas localizaciones espectaculares. Rodar en el monasterio de Herbón es increíble.

-¿Siempre quiso ser actor?

-Mi madre nos apuntó a mi hermana (Celia Freijeiro) y a mí a teatro, pero a mí me gustaba más tirar petardos y jugar al fútbol con mis amigos, así que lo terminé dejando. Y luego busqué mucho. Estuve en Londres trabajando una temporada, fui fotógrafo freelance para una agencia de noticias... Pero un día vi que el tiempo se me acababa... No sé, supongo que el gusanillo siempre estuvo ahí. De niño siempre andaba jugando e imaginando historias y yo relaciono el jugar y el imaginar con la interpretación. Creo que todos somos un poco actores porque estamos interpretando distintos papeles constantemente, en el trabajo, como nietos, como hijos...

-¿Qué es entonces para usted la interpretación?

-Una oportunidad para poder expresar cosas que en mi vida no podría expresar o no al menos con la misma facilidad.

-¿A su familia le sorprendió que al final decidiese probar suerte como actor?

-Mi familia siempre me ha apoyado en todo. Mi hermana, por ejemplo, hasta me dijo que se lo esperaba.