El Sorteo de Navidad de la Lotería Nacional dejó algunos pedazos de suerte en Vigo. Aunque El Gordo se resistió un año más -y ya van 40- la ciudad resultó agraciada con varios de los premios más importantes, que estuvieron muy fragmentados y se repartieron entre siete boletos. En la urbe olívica cayeron tres décimos del segundo premio (agraciado con 125.000 euros cada uno); dos de un cuarto (20.000 euros por décimo) y otro par de un quinto (6.000 euros). El "pellizco" de solo estos siete boletos supera los 400.000 euros.

Más de la mitad de este dinero (250.000 euros) se repartieron en dos décimos del segundo premio vendidos en la cafetería Simbad, en el número 8 de la calle Salamanca."Suerte de última hora" es la frase que mejor definía ayer a uno de los agraciados. El vigués Álex Álvarez, que reside en Madrid y que estaba visitando a un familiar ingresado en el Hospital de Povisa, frente al que se ubica el negocio. Aprovechó la estancia de anteayer por la noche para comprar un décimo en los aledaños del centro sanitario. La casualidad le llevó a este bar y el azar de la terminal hizo el resto.

"Hasta la noche anterior al Sorteo estuvimos vendiendo por el terminal, y al final hubo suerte. Estamos muy contentos de que a alguien le haya tocado un pedacito", explicaba ayer emocionada Sandra Chaparro, la camarera que vendió el décimo a Álex Álvarez. "Este año hemos vendido mucha lotería, tanto de la nuestra como por terminal", explicaba. El de Álvarez fue un décimo vendido a través del ordenador, y es que el joven vigués tenía una única premisa: que fuese un número terminado en 5, ya que había leído que había salido varias veces en la Lotería de Navidad. Y la máquina emitió un boleto con el 92.845, que ayer resultó agraciado con nada menos que 125.000 euros. Además, según relató el dueño de la cafetería, Clodomiro Barredo, la administración de loterías situada en el interior del local vendió otro décimo correspondiente al segundo premio, aunque ayer confesaba desconocer su identidad.

El dueño del Simbad tampoco ocultaba su alegría, aunque hacía gala de la tranquilidad de la que hablan sus vecinos al referirse a él: "Hubo suerte", repetía de forma calmada a los medios congregados en el establecimiento sin dejar de servir en la barra y responder al teléfono. No es la primera alegría de este año, ya que en verano entregó otro premio de 10.000 euros. Sin embargo, este galardón navideño tiene algo de simbólico también para él y su negocio, ya que dentro de muy poco, concretamente el próximo día 28, celebrará 39 años desde su apertura. Barredo lanza un aviso de cara al próximo año para los compradores supersticiosos: "Nosotros abrimos hace 39 años y hasta los 40, por lo menos, vamos a seguir aquí", recalcó.

Hacia el mediodía de la jornada de ayer, el agraciado Álex Álvarez apareció fugazmente en el bar Simbad acompañado de su hermano y su novia para el tradicional brindis con champán. Muy contento, ante la pregunta habitual de a qué destinará el dinero, Álvarez explicó que todavía no sabe qué hará con el premio, pero que lo que sí tiene claro es que lo repartirá con su familia.

Centro Comercial

Otro importante pellizco del segundo premio de la Lotería de Navidad se dejó caer en el Centro Comercial Travesía. Fue en la Administración número 35. Su titular, Teresa Méndez, estaba ayer eufórica. Solo vendió un décimo, pero los 125.000 euros que repartió fueron motivo más que suficiente para celebrarlo a lo grande. "Estoy contentísima. Tenía una corazonada y me alegro que se haya cumplido. Espero que a la persona a la que se lo vendimos lo necesitara de verdad", decía a media mañana sin dejar de despachar a las decenas de clientes que hacían cola en la ventanilla, algunos ya tentando a la suerte para el Niño.

Teresa Méndez estaba feliz por partida doble. Y es que no solo sacó el espumoso para celebrar el fabuloso premio que acababa de dar, sino también porque celebraba su cumpleaños. "Esto es un regalazo. Quizás de los mejores que podía tener hoy", exclamaba con sonrisa nerviosa al tiempo que familiares, amigos y compañeros del centro comercial le abrazaban, besaban y felicitaban. Es titular de la Administración desde 2006, cuando se inauguró la superficie comercial. Desde entonces, y aunque ya ha dado varios premios importantes -el mayor de 300.000 euros en la Bonoloto- ésta fue la primera vez que la Lotería de Navidad llamaba a su ventanilla.

A pesar de que solo se trata de un décimo, lo cierto es que éste era "el premio que nos faltaba", comentaba encantada una de sus empleadas,y es que además del de la Bonoloto ya habían repartido otros del Euromillón o la Primitiva. "Es una noticia fantástica. Un balón de oxígeno tanto para la administración como, seguramente, para la persona agraciada", comentaba eufórica sin conocer la identidad del afortunado. "No sabemos quién pudo ser. Por aquí pasa mucha gente y pudo llevárselo cualquiera. Además, al haber sido un décimo de máquina es todavía más complicado hacerme una idea", admitía.

Como cada año, Teresa Méndez utilizó un "truco" para atraer a la suerte. Y aunque hasta ahora no le había funcionado en la Lotería de Navidad, esté año sí. Un pequeño altar con un San Pancracio rodeado de velas se escondía en el interior de su oficina. "Es lo primero que hago cada 22 de diciembre. Llego, pongo las velas, las enciendo y coloco el San Pancracio", describía ilusionada porque esta vez sí el santo de la suerte hubiera realizado "su trabajo".

Esta lotera admitía que este año había vendido más lotería que en 2013. "Un 15% más por lo menos", cifraba. Y aunque la mayoría de sus ventas fueron de décimos tradicionales, el premiado, como todos los que tocaron en Vigo, fueron "sacados" a través de la máquina.