"No devolvimos nada, lo vendimos todo por ventanilla", decía ayer María Eirís, la hija de la dueña de la administración Alexandra, de la calle Desiderio Varela, en Carballo. Entre ella y su hermano Alejandro vendieron diez décimos del 13.437, el Gordo de este año. "Es una pasada", explicaba ayer María, con su copa de cava y su camiseta blanca, la que anunciaba que el primer premio de la Lotería de Navidad había estado expuesto tras el cristal de su despacho.

"Por ahora nadie nos dijo que le había tocado, aunque hay mucha gente en la cola, esperando para cobrar", comentaba ya ayer por la tarde María Eirís, que, como muchos otros loteros, estaba teniendo problemas para poder cambiar los boletos por dinero.

No fueron los únicos que, ayer, repartieron suerte en Carballo, hasta tres administraciones se subieron al carro de brindar y de celebrar que la fortuna había pasado por sus manos, aunque no se hubiese quedado.

La administración 1x2, en el número 4 de la calle Estrella, repartió un décimo del segundo premio, el 92.845, y calcula que unos 280 del 67.009, uno de los cuartos. Del mostrador del número 77 de la calle Gran Vía salieron dos boletos de otro de los cuartos premios, del 7.617.

La estimación total „si finalmente se vendieron los 280 décimos del 67.009 y si fueron oriundos los que los compraron„ es que Carballo se acostó ayer con 9.766.240 euros más de los que tenía cuando rompió el día y los bombos del sorteo del Gordo no habían empezado a rodar.

"Cada dos años, nosotros damos un premio", decía ayer María Eirís, que estaba encantada con haber repartido más de cuatro millones de euros entre sus vecinos. Y es que, por cada 20 euros invertidos en el número 13.437, el del Gordo, los agraciados recibirán 400.100 euros „menos los impuestos derivados de este premio„. Eirís estaba ayer "encantada", no solo por poder brindar con cava a las puertas de la administración, sino también, porque le gustó que el primer premio se hiciese el remolón.

"Si sale a las diez de la mañana se acaba la emoción enseguida", comentaba María, que es la segunda vez que vende papeletas del premio Gordo.

El 13.437 no es un número de la casa ni siquiera lo eligieron los loteros de Carballo, era "una serie suelta" que le llegó a la administración para ponerla a la venta. "Somos el Sort (localidad de Lleida en la que está la administración La Bruixa d´Or, famosa por repartir muchos premios) gallego", bromeaba ayer María Eirís, que aseguraba que, aunque la ilusión de los loteros es llevar la fortuna a las casas de sus clientes, no había enfriado ni cava ni sidra ni vino por si se daba azarosa circunstancia.

"Me lo trajeron con las camisetas, nosotros tenemos unas botellas en el escaparate, pero nunca las abrimos", decía entre risas María Eirís y es que, según sus cuentas, este fin de año fue mucho mejor que los de 2012 y 2013, cuando las ventas de Lotería de Navidad bajaron mucho. Ahora, los hermanos esperan a que el tirón del Gordo llegue a la venta de papeletas del sorteo del Niño.

La administración abrió sus puertas en 1986 y, desde entonces, dio, entre otras alegrías, un primer premio del Gordo en 2012 y, en 2005, un quinto. María y Alejandro Eirís vivieron una falsa alarma antes de que el bombo corroborase que la suerte les visita cada dos años. Y es que, antes de que saliese el Gordo, pensaban que habían dado un premio menor y el teléfono de la administración sonaba y los vecinos preguntaban.

La administración número 3 de Carballo está muy cerquita de la de la familia Eirís. Desde su ventanilla, Elvira Corredoira y Antonio Rodríguez repartieron dos premios diferentes. De la máquina salió un décimo del 92.845, el segundo, valorado en 125.000 euros, y, de su escaparate colgaron 30 series -300 décimos- del número 67.009, que, finalmente, se alzaron con uno de los cuartos premios. Cada papeleta de 20 euros recibirá 20.000 euros a cambio.

Elvira Corredoira, tras conocer que había repartido dos premios no recordaba cuántos boletos había vendido, aunque, por la tarde, creía que, al menos, había vendido 280 de los 300 décimos del número afortunado.

Corredoira se mostraba ayer muy contenta de haber llevado la suerte a sus vecinos. La administración de Loterías lleva abierta desde 1946, "se fundó con las quinielas", explicaba ayer Antonio Rodríguez, que lleva 27 tras el mostrador.

"No es como en 2007, que dimos 45 millones de euros, aunque es una satisfacción muy grande porque, si le toca a los vecinos es como si nos tocase a nosotros también", aseguraba ayer Corredoira, que no tiene predilección por ninguno de las combinaciones de dígitos que pone a la venta. "Todos los números son bonitos", explicaba la lotera, aunque, aseguraba que, si salen del bombo premiados, son algo menos feos que los demás.

En Carballo, como en cualquier municipio en el que haya tocado la lotería, casi unos minutos después de que cayesen las bolas ganadoras, empezaron los rumores y las conjeturas sobre quiénes podrían haber sido los agraciados, los afortunados. "La gente habla mucho pero, por ahora, no sabemos de nadie al que le haya tocado", explicaba ayer María Eirís, que no se quedó con ninguno de los boletos ganadores.

Elvira Corredoira decía ayer que a ella le haría "mucha ilusión" que los ganadores se pasasen por la administración a compartir con ella su felicidad y a decirle que habían ganado, aunque entiende que no se dé esa circunstancia.

La administración de la calle Gran Vía cerró ayer sus puertas después de haber celebrado que, de su despacho habían salido dos boletos del 7.617, que tienen una remuneración de 20.120 euros cada uno.

Pusieron unos carteles en el escaparate y bajaron la verja y es que la administración de Gran Vía no es como las demás, sino que comparte espacio con una tienda de electrodomésticos.