A principios del siglo pasado, la norteamericana Mary Phelps Jacob debía asistir a una fiesta cuando comprobó, espantada, que su vestido nuevo dejaba ver partes del corsé. Con dos pañuelos de seda y unas cintas improvisó un artilugio que revolucionaría el mundo de la ropa interior. Encantada con el resultado, Mary lo patentó el 3 de noviembre de 1914 -ayer hace justo cien años-y lo comercializó en su tienda, aunque, inexperta en los negocios, decidió vender por 1.500 dólares la patente a Warner Corset Company, que facturó 15 millones de dólares 16 años después.

En estos cien años, el sujetador ha vivido muchas etapas: el feminismo lo repudió a finales de los 60; el deporte lo adoptó en los 70 y Madonna lo reinventó en los 90. Actualmente el sostén sigue teniendo muchas seguidoras que buscan cada temporada las novedades del mercado, que son muchas, aunque también hay mujeres que huyen despavoridas de él. Entre otras, la tendencia 'bra-less' tiene fans como Rihanna, Kim Kardashian y Gwyneth Paltrow.

Sin embargo, ponerse algo en los pechos para sujetarlos, resaltarlos o aplastarlos, según la moda y los convencionalismos de cada época, es una práctica mucho más antigua. Ya las mujeres griegas y las romanas usaban una faja que permitía sujetar los senos. En la Edad Media y el Renacimiento, los corsés oprimían la cintura y aplastaban o subían los pechos a voluntad hasta límites insospechados.

En los años 30 se estandarizaron las tallas, aunque parece ser que aún hoy en día siete de cada diez mujeres no utilizan la correcta, según un estudio de Sayfit, una marca especializada en corsetería que ha desarrollado una aplicación para resolver este problema.

"Llevar la talla y copa correcta no sólo es importante estéticamente sino a nivel salud, pues garantiza la sujeción del pecho y evita o minimiza los problemas de espalda", coincide Noelia Fernández, jefa de diseño de Selmark, una de las firmas punteras en corsetería en España y que tiene su sede en Vigo.

La empresa se fundó en abril de 1975 como un pequeño taller de confección hasta llegar en los años 90 a tener presencia en más de 20 países. "El mercado español siempre he querido sostenes que hagan el pecho lo más natural posible; hoy las mujeres quieren sujetadores básicos para el día a día y sofisticados para ocasiones especiales; hay sujetadores para aumentar el pecho, para reducirlo, para amamantar, para distintas patologías, para hacer deporte, de materiales ecológicos, super resistentes... es una de las prendas que mejor se ha ido adaptando a los nuevos tiempos", concluye la diseñadora.

Selmark, cuarenta años de innovación desde Vigo

La firma viguesa Selmark ha sido y es pionera en la innovación de los sostenes. "Los primeros sujetadores tenían muchas costuras para adaptarse a la forma del pecho, pero a partir de los 90 fuimos pioneros en adaptar los tejidos para conseguir moldeados que se hicieran más sencillos y cómodos", explica la diseñadora Noelia Fernández. En la imagen, de izqda. a dcha., uno de los primeros patrones de la marca, las primeras colecciones con encaje elástico y un modelo de esta temporada.