La fiebre por los selfies está llegando a límites peligrosos. Para algunos, autofotografiarse ya no se limita a sacarse una foto de uno mismo, sino que consiste en retratarse en una situación cuanto más peligrosa mejor. Desde que la moda de los selfies empezó a ganar adeptos, hemos podido ver autorretratos en todo tipo de situaciones y protagonizadas por todo tipo de personas. Sin embargo, últimamente lo que está ganando más fuerza es captar estos selfies en escenarios lo más peligrosos posibles.

Subidos a rascacielos o puentes, delante de toros, saltando de todo tipo de vehículos... La moda de los selfies en los momentos más comprometidos, arriesgados y peligrosos no parece tener fin, pese a que en muchos casos se superen los riesgos de lo que parece razonable. Las redes sociales han ayudado a popularizar la moda de los selfies peligrosos. Sin embargo, superar los límites de lo razonable a veces tiene un precio, y ya son varios los accidentes mortales que se han registrado y que han tenido como protagonistas a personas que arriesgaron demasiado para conseguir una instantánea viral.

Lee Thompson, protagonista de un selfie sobre el Cristo Redentor de Río

Uno de los grandes exponentes de esta moda por los selfies peligrosos es Kirill Oreshkin, un joven ruso de 24 años que se ha fotografiado a sí mismo en las situaciones más arriesgadas. Su ´arte´, como le gusta definirlo a él, se engloba dentro de la categoría del ´skywalking´ o ´rooftopper´, un submundo dentro de los selfies que se caracteriza por captar los autorretratos en tejados, edificios, estructuras o instalaciones situadas a gran altura. El escenario no es tan importante como el hecho de que se trate de momentos peligrosos.

Kirill Oreshkin siente pasión por los selfies peligrosos

Esta afición por los selfies peligrosos ya le ha costado a Oreshkin más de un disgusto. El pasado mes de agosto la policía de Nueva York le arrestó tras descubrirle mientras subía a un cable del puente de Brooklyn para posar para una nueva hazaña y mostrarla al mudo a través de las redes sociales. La Sagrada Familia o las pirámides de Giza, en Egipto, han sido otros de los edificios ´asaltados´ por los amantes de los selfies peligrosos.

En Madrid, en un intento por poner freno a esta arriesgada moda por los autorretratos peligrosos, el Ayuntamiento ha empezado a imponer multas de entre 1.001 y 30.000 euros para los amantes de los selfies peligrosos. Sin embargo, no solo las alturas atraen a los amantes de los selfies peligrosos, que también tienen preferencia por fotografiarse junto a animales salvajes o practicando deportes de riesgo como el paracaidismo.

Un selfie muy peligroso en los Sanfermines

Quien también se jugó una buena sanción fue el protagonista de otro peligroso autorretrato que se pudo ver el pasado mes de julio en Pamplona. La foto de un joven sacándose una foto mientras corría los Sanfermines dio la vuelta al mundo hasta convertirse en trending topic, pasando a engrosar la lista de selfies más peligrosos.