Cuidaban enfermos y ancianos, rezaban y colaboraban cuanto podían por amor a Dios. Ahora, sospechas y denuncias cercan a la asociación Orden y Mandato San Miguel Arcángel, con sede en Oia, tras la destitución de su líder y fundador, el seglar vigués Feliciano Miguel Rosendo da Silva, por el obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro, a causa de supuestas irregularidades morales. La Iglesia, que intervino la Orden el pasado 26 de marzo, está a la espera de un informe para decidir si la suprime o no. Mientras, un canónigo asume la dirección de los "miguelianos" e intenta cuadrar los números, ya que el anterior ecónomo no habría realizado rendición alguna de cuentas al ser sustituido.

A las supuestas irregularidades morales detectadas por el obispado de Tui-Vigo en el fundador y algunos integrantes de la Orden de San Miguel Arcángel, se unen otras posiblemente económicas en las que se centra la investigación abierta por la Guardia Civil tras las denuncias presentadas en la comisaría de Vigo y en el cuartel de Tui.

Las denuncias se acompañan de un amplio informe de un investigador privado que incluyen desde el extenso patrimonio atribuido a Miguel Rosendo y su mujer -con fincas, chalés y bajos comerciales en Oia, alrededores de Madrid y A Ramallosa-, al listado de empresas y personas físicas que prestarían colaboración económica a la Orden de San Miguel, así como el uso de supuestas tácticas de captación propias de sectas, rituales de sanación, supuestas humillaciones e incluso posibles abusos deshonestos a algunas de las religiosas en terapias denominadas de "limpieza espiritual". También se aportan datos de que el colectivo estaría trabajando en Madrid, lugar al que se trasladó el fundador y la veintena de religiosos que seguirían con él tras su destitución, bajo otro nombre.

Una vez que las denuncias presentadas lleguen a los juzgados la investigación cobrará un nuevo impulso, aunque ambas podrían acumularse en una única causa.

Manipulador y sectario

Entre los testimonios aportados en el informe del detective, uno de los más demoledores es el de un sacerdote, con el que Miguel Rosendo y la Orden colaboraron durante años, que tilda al fundador de manipulador y sectario; le acusa de utilizar a la Iglesia y fabricarse un Dios a su antojo.

Este cura fue clave en la destitución de Rosendo por la Iglesia. Dos mujeres le relataron al sacerdote meses después de abandonar la Orden, que lo hicieron tras sufrir supuestos abusos sexuales, una de ellas desde que era menor de edad. Hasta entonces, el sacerdote nunca había pensado en que existiera promiscuidad alguna, pero empezaron a casarle algunas cosas.

El mismo día que le contaron los hechos, asevera el sacerdote, acudió al obispo para explicarle la situación y facilitó más testimonios y pruebas. El Obispado de Tui-Vigo puso de inmediato en marcha la investigación que llevó el pasado 26 de marzo a apartar a Miguel Rosendo al frente de la Orden y Mandato de San Miguel y a intervenir la asociación.

El sacerdote destaca los buenos contactos de Rosendo con obispos y cardenales, así como con importantes familias financieras españoles. También, que aunque nunca habló de temas económicos "era fácil ver que necesitaba bastante dinero". Al mantenimiento de la casa central de Oia (con piscina y spa) y del monasterio de Vilariño, explica, se sumaban viajes en los que en ocasiones le acompañó, caso de Disneyland París o Cádiz. Curiosamente, explica, en la habitación más próxima al fundador dormían dos jóvenes a las que denominaba "mis bastones". La flota automovilística, añade, estaba formada por 5 coches y una caravana."