En la solapa de su chaqueta porta una simbólica rosa roja de lana. El verbo cálido de Carmen Negrín es la memoria viva de su abuelo, el presidente de la Segunda República desde 1937 hasta 1945, Juan Negrín. El Ateneo Republicano de Galicia invitó ayer a la poseedora de los archivos personales del socialista para arrojar luz sobre una de las figuras más ensombrecidas de la política española.

-Los archivos desvelan nueva información sobre polémicas como el Oro de Moscú.

-Está cómo se tomó la decisión, por qué se envió a Moscú, cuánto se mandó y cómo se gastó ese dinero. Hay oro que había salido a Inglaterra y a Francia que fue embargado. La otra posibilidad era México, pero nunca hubiese llegado porque sería bombardeado.

-¿Es decepcionante ver cómo se sufragó ese dinero?

-No, eran cosas necesarias en tiempo de guerra, como alimentos, armas y ropa. De hecho, hemos encontrado un telegrama donde se anuncia el primer préstamo ruso. Se habla mucho de la ayuda rusa, pero el primer préstamo que iban a hacer fue en enero de 1939, por lo que, evidentemente, nunca lo llegaron a efectuar. La ayuda es relativa. Se han inventado muchas cosas, que es normal cuando uno es el enemigo número uno. En 1956, mi abuelo decidió dar los comprobantes originales al Estado español

-Suele decirse que, en la Guerra Civil, la izquierda luchaba contra los socialistas y estos a su vez lo hacían contra Negrín. ¿Fue usado como cabeza de turco?

-Cuando uno pierde una guerra, el responsable es el que está en la cabeza del Gobierno. No tuvo problema en asumirlo. Además, cuando uno pierde debe saber por qué. Hay muchas traiciones, como las de Casado o Besteiro. Al propio Indalecio Prieto no se le puede agradecer nada. Entre los suyos hubo ese problema. Luego estaba Franco. Negrín fue el que más le resistió. A los anarquistas quiso meterlos en orden, porque no se podía tener una guerra dentro de una guerra.

-¿Considera que también fue víctima del cainismo del PSOE?

-Mi abuelo sacó a Prieto del Ministerio de la Guerra y le ofreció otras cosas, pero éste se ofendió y nunca se lo perdonó. Cuando mi abuelo llegó a México en 1945, Prieto ya había hecho una campaña antinegrinista que dividió al partido.

-Mantuvo el lema de "Resistir es vencer" hasta 1939, ¿llegó a arrepentirse de hacerlo tras el término de la Guerra Civil?

-En absoluto, era la única salida. Todo el mundo informado sabía que iba a haber una inminente Guerra Mundial. Él estaba particularmente informado por estar en contacto con alemanes que había conocido de estudiante. Sabía que se estaban armando, y un país pobre no se arma a no ser que esté a punto de iniciar una guerra. Tanto los ingleses como franceses también lo sabían, la cuestión era saber cuándo. De hecho, mi abuelo tenía reservas de comida para seis meses, la diferencia que hubo entre el final de la guerra de España con el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

-Y se posicionó, teóricamente, al margen de la contienda.

-A los ingleses le interesaba que España quedase independiente, y oficialmente fue neutra. Pero los españoles recibieron ayuda de los dos lados: para ser neutra y para atacar a Alemania. Querían mantener el Sur de Francia sin ser ocupado. Inglaterra participó en la caída del Gobierno de Negrín empujando -directa o indirectamente- a Casado para ejercer el golpe de Estado. Es decir, que la llamada Guerra Civil nunca fue una guerra verdaderamente entre españoles, sino un conflicto internacional desde el principio. En mi familia siempre la hemos llamado "Guerra de España".

-¿Recuerda los años que convivió con él?

-Yo estuve con él de 1950 a 1956, en sus últimos años. Cuando comparo las memorias que escribió durante estos años con los archivos que tenía, me imagino que debía estar por los suelos. Recientemente me encontré con unos papeles en un armario. Tenía una carta de adhesión a otro partido socialista y unos textos de medicina de una conferencia sobre mecánica cuántica. Se mantenía militante.

-¿Ya pudo leer todo el archivo que recuperó?

-Aún quedan algunas cosas, pero hemos clasificado medio millón de documentos. Como todo documento administrativo, hay muchas copias, por lo que se reduce a unos 150.000 originales. Poco a poco saldrá casi todo. En el mes de febrero inauguramos una sede en Canarias para la Fundación, donde todo está guardado y clasificado.

-¿Los documentos ayudarán a quitar los tabúes y etiquetas que persiguen la figura de Negrín?

-El objetivo principal de los documentos es dejar de escribir las cosas sin suposiciones y hacerlo con argumentos y documentos firmados. El franquismo reinventó su historia, hasta tal punto que, cuando uno habla de cambiar de Monarquía a República, se recuerda el desorden y el peligro que entraña la República. No, el problema no es la República, sino los que se revelaron en contra de ella. Lo más divertido es que antes del Frente Popular había un gobierno de derechas, que ya tramaba contra la República.