El primer paciente diagnosticado con ébola en un hospital de Estados Unidos ya había visitado el centro dos días antes de su diagnóstico -la confirmación se produjo en la noche del pasado martes- y los doctores le enviaron a su casa al presentar síntomas comunes. Los expertos temen que este retraso en la detección haya provocado la infección de otras personas.

El hombre, del que se desconoce su identidad y que viajó desde Liberia a Texas, visitó el Hospital Presbiteriano de Texas, en Dallas, el pasado viernes. Los facultativos no encontraron "síntomas específicos" y se limitaron a enviarle a casa con antibióticos, según explicó ayer el especialista en enfermedades infecciosas del centro, el doctor Edward Goodman.

Dos días después, el paciente tuvo que ser trasladado al hospital en ambulancia. El equipo de emergencia que lo trasladó ha sido puesto en cuarentena, aunque todos los miembros han dado negativo en las pruebas. A pesar de las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), que aconsejan preguntar a los pacientes por sus viajes recientes, ningún médico del hospital de Dallas se interesó por los últimos viajes del paciente durante su primera visita. Los doctores no descubrieron que el hombre acababa de volver de Liberia, uno de los países más afectados por el ébola. El doctor Goodman dijo que el hospital está revisando todos los pasos que siguieron en la primera visita para encontrar el fallo.

El director del Centro de Control de Enfermedades (CDC), Thomas Frieden, no descartó la posibilidad de que en el periodo en que el enfermo desarrolló la enfermedad se haya podido producir algún contagio, pero envió un mensaje de tranquilidad al afirmar que hay una gran confianza sobre que se logrará evitar un contagio amplio en el país.

La prioridad, más allá de cuidar al paciente bajo estrictas medidas de seguridad, es "identificar a todas las personas que podrían haber tenido contacto" con el enfermo a partir de que este desarrolló los síntomas. Entre los que están siendo vigilados están varios familiares y "dos o tres personas de la comunidad" donde se encontraba. "Cuando todos estén identificados, serán monitorizados durante 21 días para ver si tienen fiebre", señaló Frieden. En ese caso, se evaluará ponerlos en aislamiento para "minimizar o eliminar las posibilidades de que infecten a otros".

"Si no detenemos el ébola, se extenderá a otros países", afirmó ayer en la Howard University de Washington el presidente del Banco Mundial (BM), Jim Yong Kim. En su opinión, el actual brote del ébola en África Occidental es, además de un desafío sanitario, "una batalla contra la desigualdad" entre los países más y menos desarrollados.