La misión espacial Gaia contribuirá a conocer la historia de la Vía Láctea, desde los orígenes hasta el estado actual, mediante la medida de las posiciones, distancias y movimientos de mil millones de estrellas y el estudio de sus propiedades físicas, como la edad y la composición química.

En esta misión participa un equipo desde Galicia integrado por astrofísicos y programadores informáticos, del Laboratorio Interdisciplinar de Inteligencia Artificial que dirige el catedrático Bernardino Arcay en A Coruña, con la astrofísica Minia Manteiga y la catedrática de la Universidad de Vigo, Ana Ulla. Se encargarán de clasificar mil millones de estrellas.

Ulla valoró ayer el descubrimiento de la supernova, encajado en el cometido de una misión, que -prevé- traerá sorpresas. La experta vaticina: "Gaia analizará 1.000 millones de objetos estelares y va a descubrir muchos objetos nuevos".

En el caso confirmado en el telescopio de La Palma, la experta explica que "las supernovas son solo un 10% de todas las estrellas del universo; en una galaxia, hay entre una y dos en 1.000 años". Y en este caso, el satélite Gaia sabrá concretamente dónde estaba y seguirá su luz mejor que cualquier otro, gracias a sus potentísimas cámaras. Para Ulla, la grabación "es como asistir en directo a la muerte de una estrella muy masiva, que cuando se analice probablemente se descubra alguna peculiaridad y con cuyos datos, quizás se harán tesis doctorales".

"Durante la explosión de la supernova, la estrella libera elementos químicos pesados de la tabla periódica, como silicio, hierro o plutonio...", comenta la astrofísica gallega.

De hecho, la onda expansiva de la supernova favorece la formación de nuevas estrellas. Precisamente, los Premios Nobel de Física 2011 investigaron supernovas del tipo Ia, como la que acaba de grabar, por primera vez, "Gaia".