Antón Patiño (Monforte de Lemos, 1957) explora los sentimientos oceánicos desde la abstracción de la pintura en la primera exposición monográfica que dedica al oceáno, titulada así, "Océanos", que se inaugurará el próximo día 16 en el Museo do Mar de Galicia, en Alcabre. En esta muestra, compuesta por una docena de piezas de gran formato, el artista se deja llevar por distintas intuiciones para plasmar sobre el lienzo el amplio abanico de sentimientos vinculados al mar, como la soledad, de sopor, de miedo y de libertad. "El océano es casi sinónimo del inconsciente colectivo. Hay un mundo mítico alrededor del mar,un territorio que no nos pertenece; es como otro espacio y por eso aparece esa componente de riesgo y de aventura que también quería mostrar en esta exposición, además de la idea de inmensidad", explica el pintor, que ultima esta muesta en su taller de Vigo.

El drama del mar está ampliamente reflejado también en esta muestra, con obras que recuerdan las catástrofes ecológicas en las costas gallegas como las del "Polycommander","El casón", "El Mar Egeo" y más recientemente el "Prestige", una temática, la de los naufragios, que ya en 1987 centró una exposición en una galería madrileña y que aquí adquiere la dimensión de relato. Este relato lo culmina la obra titulada "Arquivo da desfeita", una pieza formada por pequeñas piezas de madera con restos de chapapote con relieve acompañada por la proyección de imágenes de un cuaderno que el artista fue completando durante la tragedia del "Prestige" con recortes de periódicos y que ahora es, explica, como "una especie de diario visual". Precisamente otra serie dedicada a las catástrofes ecológicas, "Merea negra", saludarán al visitante en este "Océanos". "El 'Prestige' nos dejó una carta de color negro en el alma", afirma.

Enfrente de esta obra, compuesta por tres grandes piezas negras, como el color del petróleo que machó el oceáno, se situará "Redes", una evocación a la puesta de sol. "Son laberintos, una ocupación total del espacio por una maraña", explica el artista, que añade que el negro, el azul, el verde y el blanco son los cromatismos de una exposición muy conceptual, asegura, y basada en el concepto de proceso. "Me interesa el proceso de la experiencia de la creación en el taller y luego el relato que se articula en un espacio como es el espacio de este Museo do Mar, en un enclave además, como este, en la orilla del mar", argumenta. Y añade: "El sentimiento oceánico es un planteamiento infinito, casi amiótico, como si estuviésemos en el útero, y las obras de esta exposición también porque están llenas de barnices, que dan brillo parcial a determinadas zonas del cuadro y que hacen que la pintura sea como líquida. Es además un arte expandido, que va más allá del soporte, por loque podría continuar, hasta ocupar todo el espacio del museo".

De hecho, "Ollos de boi" forma un todo con la pared, en la que se dibuja el horizonte que se contempla a través de los ojos de buey de un barco. Otras piezas son "Memoria subacuática" e"Inventario de escumas", a las que se sumarán también algunos objetos.