Miembros del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), dependiente del Instituto de Salud Carlos III y que se coordina desde Santiago, liderados por la doctora Dolores Corella y en colaboración con el doctor José María Ordovás del Human Nutrition Research Center de Boston han descrito la asociación de un lugar de unión de un microARN con la menor incidencia de enfermedades cerebrovasculares y menores concentraciones de triglicéridos. Además, han observado que el tipo de alimentación influye en esta asociación, incrementándose el efecto protector en el caso de la dieta mediterránea. Los resultados, publicados recientemente en la revista "American Journal of Clinical Nutrition", suponen otro avance significativo en materia de nutrigenética, que demuestra por primera vez esta regulación dietética implicando una variante de microARNs, considerados como nuevos moduladores epigenéticos. Este descubrimiento abre nuevas vías para el tratamiento personalizado de las enfermedades cerebrovasculares, dentro del cual la alimentación puede jugar una baza importante.

"Este estudio demuestra que las características genéticas de cada paciente condicionan de forma importante la respuesta a un tratamiento como es en este caso la dieta mediterránea y abre una ventana a la posibilidad de que en un futuro cercano podamos ofrecer a nuestros pacientes diferentes tratamientos en función de su genética, mejorando de esta forma la eficacia de los mismos", explica el doctor José Luis Maciñeiras, neurólogo del CHUVI y miembro de la Sociedad Galega de Neurología, que añade que estos resultados pueden aplicarse de igual forma a la dieta atlántica.

El ictus es una enfermedad que se produce por un problema de riego vascular cerebral y puede ser isquémico (el 85% de los casos) y hemorrágico (el 15%). Según el Observatorio del Ictus, uno de cada seis españoles va a sufrirlo uno de estos episodios a lo largo de su vida, aunque la mayoría desconoce qué es y cuáles son sus causas. "Tanto en uno como otro el principal factor de riesgo es la presión arterial, aunque hay otros, como la diabetes, el colesterol, el tabaco, el sedentarismo, la dieta y un tipo de arritmia, la fibrilación auricular, sobre todo en el isquémico", explica. Por ello, todos las medidas encaminadas a mejorar el control de estos factores contribuyen a prevenir que no aparezca o que no se repita un ictus.

"La relación de la genética relacionada con el ictus se sabía pero poco. No hay predisposición genética, aunque sí hay algunas patologías que aumentan las probabilidades de sufrir un ictus, como la CADASIL (arteriopatía cerebral autosómica dominante con infartos subcorticales y leucoencefalopatía), pero que se dan en un número mínimo de pacientes", explica.

Sin embargo, no todas las personas reaccionan del mismo modo a un idéntico tratamiento, y en este sentido el estudio del CIBERobn aporta interesantes resultados al demostrar la implicación de los microARNs en los mecanismos protectores de la dieta mediterránea, lo que asienta los conocimientos sobre los mecanismos y las bases moleculares que permitirán en un futuro avanzar en las dietas más personalizadas, según la investigadora Cornella.

El ictus no avisa, por lo que llevar una vida saludable es el mejor aliado para evitar esta enfermedad. "Puede haber lo que llamamos accidente isquémico transitorio (AIT), debe tomarse como una advertencia de que se puede presentar un accidente cerebrovascular en el futuro si no se hace algo para prevenirlo. Se trata de un episodio brusco que dura pocos minutos, durante los cuales podemos dejar de hablar o perder sensibilidad en un lado del cuerpo, o el equilibrio. Ahí está avisando de que una arteria del cerebro está fallando", explica el doctor Maciñeiras. Ante un episodio de este tipo, hay que acudir de forma inmediata a urgencias porque el diagnóstico y tratamiento precoz son fundamentales para salvar la vida al paciente y minimizar las secuelas. En este sentido, el neurólogo del CHUVI recuerda que el ictus es la primera causa de discapacidad en el adulto en España y esto es debido a sus secuelas. Los neurólogos vigueses llevan años reclamando la creación de una unidad de ictus (la única que hay en Galicia está en Santiago), que disponga de neurólogos de guardia y que parece que finalmente se pondrá en marcha dentro del nuevo hospital. "Cuanto más tiempo perdamos, más mortalidad y más secuencias tendremos", recalca el neurólogo.