carlos rábade "Contiene sustancias tóxicas incluso en la exposición pasiva"

-El cigarrillo electrónico se presenta a veces como una alternativa para dejar de fumar. ¿Usted lo tendría en cuenta como opción para la deshabituación?

-No. Primero, porque no ha demostrado su eficacia para dejar de fumar ni mucho menos es seguro. Por el contrario, hay una serie de enfermedades, como la neumonía lipoidea [en A Coruña se registró un caso el pasado mes de marzo], asociadas al consumo del cigarrillo electrónico. Quienes quieren dejar de fumar tienen otros tratamientos que han demostrado su eficacia.

-¿Realmente es tan perjudicial el cigarrillo electrónico?

-Tiene una serie de sustancias tóxicas, como la glicerina, el propilenglicol, nitrosaminas y sobre todo partículas de bajo peso molecular que incluso pueden provocar daños tras una exposición pasiva. Las nitrosaminas, por ejemplo, son sustancias carcinógenas; el propilenglicol irrita los ojos y las vías respiratorias, y la glicerina puede provocar neumonía lipoidea... En el vapor también se han encontrado restos de metales como níquel y cromo, también presentes en el cigarrillo convencional. Por eso, creo que hay que informar a la población de lo que contiene el cigarrillo electrónico y evitar la exposición pasiva, sobre todo a niños, mujeres embarazadas y enfermos crónicos.

-¿Es partidario de que este producto esté sometido a las mismas restricciones que el tabaco?

-Sí porque no se trata de nada inocuo y no ayuda a dejar el tabaco, que, no olvidemos, es la primera causa de muerte evitable en la sociedad occidental. La última encuesta nacional de salud revela una reducción en el número de personas que fuman, lo que significa que la ley antitabaco está dando sus frutos. Pero además de estas medidas restrictivas, también hay que facilitar la ayuda asistencial necesaria a quienes quieren dejar de fumar.