El festival Sonorama Ribera tiene más razones que nunca para brindar, tras conocerse que la jornada que esta noche ha puesto el corcho a la actual edición ha estirado el número total de visitas hasta un nuevo máximo histórico, 47.000, muchas de ellas gracias al "fenómeno Raphael".

"Desde el primer paso que dio Raphael sobre el escenario quedó todo contestado sobre si era adecuado o no para Sonorama. Ha sido uno de los momentos más bonitos y con más repercusión de nuestra historia", ha dicho hoy el director del festival, Javier Ajenjo, durante la rueda de prensa celebrada en la cuarta y última jornada.

La que termina ha sido, en sus palabras, "una edición increíble, de consolidación", con un importante incremento en la venta de entradas de día, que les ha dejado unas sensaciones insuperables y "la satisfacción por un festival sanísimo, con futuro y sobre todo con un público que no deja de sorprendernos".

La "ajenjada" de confiar en el de Linares como cabeza de cartel, una idea por la que le tomaban por loco, se confirmó con la mayor asistencia del festival el día de su actuación, 16.000 personas en el recinto ferial de Aranda de Duero (Burgos).

"Raphael se ha portado increíble, no voy a decir las cifras de cuánto ha cobrado, pero ha cogido el guante y no sé si le habrá llegado para los gastos", ha valorado el máximo responsable del Sonorama, uno de los más veteranos festivales españoles.

Desde los conciertos del pasado miércoles, jornada añadida a las tres habituales tras reclutar a Los Planetas para ofrecer uno de sus escasísimos bolos de este año, el Sonorama 2014 ha hecho gala de una propuesta musical ecléctica, con Amaral, Fuel Fandango, Elefantes, Iván Ferreiro, Izal, León Benavente, Depedro...

Esa máxima se ha hecho más evidente aún en su último acto, que ha recibido a 13.000 personas para disfrutar del certero verso de Nacho Vegas, la reconversión folk-rock de raíz americana de Duncan Dhu o el pop con sintetizadores de los australianos Cut Copy.

El público, algo más talludito que el de días anteriores, ha disfrutado con los dos primeros de sonidos inéditos en esta edición, como los de la steel-guitar, el banjo o el ukelele, y el cantautor cántabro, que ha presentado aquí su último disco, "Resituación", les ha obligado además a abrir sus miras sociales.

"El racismo es institucional en este país, estamos viendo cómo los inmigrantes son tratados como ratas, pero la gente que nos roba es generalmente de raza blanca y clase alta", protestaba Vegas, que ha reclamado el cierre de los centros de internamiento con el tema "Runrún" junto a una representación del coro de La Dinamo y el Patio Maravillas de Madrid.

Duncan Dhu sin Diego Vasallo

En lo que respecta a Duncan Dhu, su concierto ha funcionado a medio gas, con Diego Vasallo ausente por un problema de espalda, cuando gran parte de la gracia estaba en verle junto a Mikel Erentxun para rubricar el retorno largamente ansiado del dúo vasco a los escenarios después de tantos años de proyectos en solitario.

A priori podría parecer que con ellos -un poco como con Raphael- se trataba de mirar atrás y abrazar un tiempo en el que aún no existía esa clara delimitación entre "indie" o no, pero los autores de "Cien gaviotas" han tirado sobre todo de los temas nuevos presentados a su regreso, lo que tampoco ha hecho del todo felices a los congregados.

Solo se ha visto auténtica fiesta comunal al final, con los cuatro éxitos del pasado que se han colado en el repertorio, y el hecho de que se quedaran fuera tantos y tantos "hits" -incluido "Una calle de París"- ha dejado con ganas de más a su público de siempre.

La actuación de Cut Copy les ha permitido desquitarse gracias a su contagiosa energía bailable y El Columpio Asesino ha saldado una deuda que tenía con ellos el festival, permitiéndoles darle a esta edición un final de altura con canciones sobre noches interminables de farra catártica que volverán el año que viene a Aranda de Duero.