Los datos son contundentes: uno de cada cinco niños gallegos está en riesgo de pobreza; más de 18.000 familias con niños padecen pobreza severa y más de 4.000 hogares sufren carencias de alimentos. Con todo, Galicia tiene una menor tasa de riesgo de pobreza infantil que la media española, que se eleva al 27,5%.

El último informe de Unicef y un estudio presentado por la Xunta de Galicia ponen el dedo en la llaga sobre una realidad que refleja como pocas las consecuencias de la crisis económica en las familias. Como señala Ángel Dorrego, director de Cáritas Vigo, "la pobreza infantil es la consecuencia de la pobreza de las familias; ¿qué padre es tan desnaturalizado que no le da de comer a su hijo? Es más, muchos padres podrán pasar hambre, pero sus hijos seguro que no".

Pero si es cierto que la larga crisis económica ha aumentado la pobreza y exclusión infantil, también lo es que el problema viene de atrás. Así lo entiende Xosé Cuns Traba, director de la Rede Galega Contra a Pobreza (EAPN-Galicia), porque durante los años de crecimiento económico "los índices de situación en pobreza apenas disminuyeron en España y nunca bajaron del 21%. No es solo una consecuencia de la crisis, sino un problema estructural". Lo que añade la crisis económica es una mayor gravedad, porque "personas de clase media están llegando a situaciones de pobreza, e incluso de pobreza extrema".

Por unas cuestiones o por otras, la pobreza infantil ha protagonizado la actualidad durante las últimas semanas: conveniencia o no de abrir en verano los comedores escolares, criterios para el reparto de las ayudas encaminadas a combatir la pobreza infantil, debate sobre si hay o no desnutrición entre los niños gallegos...

En las organizaciones asistenciales que viven más de cerca las carencias de las familias empieza a preocupar incluso esa constante apelación a los niños. "A veces pienso que se está jugando con la sensibilidad de la población y al mismo tiempo con la sensibilidad de los niños reflexiona Ángel Dorrego . Solucionemos las necesidades de los padres y estaremos solucionando las necesidades de los hijos; dignifiquemos por lo menos la pobreza".

Tensi González, presidenta y fundadora de la asociación AFAN de Vigo, tiene muy claro que en situaciones de pobreza "los más perjudicados son siempre los niños". Pero señala que antes se hablaba de la crisis, del paro, de la pobreza, "y ahora parece que empezamos con los niños porque lo otro ya está pasando un poco de moda", y se muerde la lengua "para no decir algo muy fuerte".

Xosé Cuns se expresa en la misma línea: "Hay que decir bien claro que el problema de fondo no ha surgido en este mes sino que viene de muy atrás; hay un poco de pim pam pum político de utilizar la pobreza infantil para hacer demagogia".

Coinciden Ángel Dorrego y la presidenta de AFAN en que en Galicia ningún niño pasa hambre, porque hay comedores sociales, parroquias, asociaciones que facilitan alimentos. "En Galicia no hay niños de la calle", enfatiza el director de Cáritas diocesana de Tui-Vigo.

Para el director de la Rede Galega Contra a Pobreza, el último informe de la Xunta es riguroso y define bien el problema de la pobreza infantil en nuestra comunidad. "Es cierto que en datos porcentuales en Galicia está mejor que otras zonas de España, como Andalucía o Castilla-La Mancha comenta; pero otra cosa es que eso sirva de excusa para minimizar el problema, que sigue siendo grave".

Situación en Galicia

Las familias con hijos son las que tienen más riesgo de caer en la pobreza. El último informe de Unicef, con datos de 2013, sitúa el umbral de la pobreza en Galicia en el 21,5% de la población infantil. Si se aplica la tasa Arope, que tiene en cuenta ingresos por debajo de la media, carencias materiales y baja intensidad del trabajo, el porcentaje de población gallega en riesgo de pobreza es del 23,6 por ciento y este porcentaje sube al 27,4 por ciento en hogares con menores de 16 años.

Según el informe de la Consellería de Traballo, en Galicia estarían en situación de pobreza severa el 7,45 por ciento de las familias con hijos el 4,1 por ciento del total de hogares gallegos. Las provincias con más pobreza severa son Ourense (el 8,16 por ciento de los núcleos con menores) y Pontevedra (el 8,02 por ciento). Por el contrario, en Lugo la penuria económica severa quedaría reducida al 7,4 por ciento y en A Coruña a solo el 6,6 por ciento.

En la comunidad gallega están en riesgo de pobreza el 26 por ciento de los hogares con menores de 18 años, dos puntos menos que la media de Europa y casi ocho puntos menos que la media de España.

¿Hay desnutrición?

En la presentación de los datos del informe, la directora xeral de Familia, Amparo González, señaló que en Galicia "no hay casos significativos de desnutrición", aunque sí de mala nutrición. Aclaró también que solo el 0,4 por ciento de los hogares gallegos unos 4.100 no pueden acceder a una comida de carne, pollo o pescado por lo menos cada dos días. El porcentaje de familias con dificultad para acceder a ciertos alimentos con la frecuencia recomendada está en Galicia siete veces por debajo de la media de España.

No permitirse comer carne, pollo o pescado por lo menos cada dos días es solo uno de los nueve indicadores que se utilizan para medir la "carencia material severa", que es el indicador que utiliza la Xunta para cuantificar el número de hogares afectados por la pobreza.

Otro de los datos del informe apunta que las zonas rurales tienen una menor tasa de pobreza infantil. Como afirma el director de EAPN-Galicia, Xosé Cuns, "en las zonas rurales hay mucha menor incidencia de tener que pagar alquileres o hipotecas; pero además la subsistencia alimentaria es mucho más fácil, sin olvidar que las pensiones de los mayores dan para más al no tener tantos gastos como en las ciudades. No olvidemos que más de la mitad de la población gallega vive de prestaciones sociales, sobre todo en el ámbito rural".

Como señala Ángel Dorrego, en el rural no se visibiliza tanto la pobreza infantil "porque un pobre en la aldea tiene para comer, aunque solo sean las patatas o las lechugas que le da la vecina. No tienen escasez de alimentos, pero sí otras como la carencia de formación. Hay muchos tipos de pobreza", matiza el director de Cáritas diocesana Tui-Vigo. En las ciudades se nota más la pobreza que en el rural, "aunque aquí en Vigo añade Dorrego no tanto porque tiene también una amplia zona rural, con pequeños huertos en el rur-urbano".

Más ayudas

Según datos aportados por Unicef, la dotación presupuestaria destinada en España a la infancia ha caído en 6.370 millones de euros desde 2010. El Gobierno central acaba de aprobar el reparto de un fondo de 17 millones de euros dedicados a combatir la pobreza infantil, pero las principales organizaciones asistenciales consideran que la cifra es insuficiente ante la magnitud del problema.

Patricio Sánchez, profesor de Economía de la Universidad de Vigo, entiende que "para disminuir la pobreza infantil habría que actuar en el ámbito de la pobreza y la desigualdad. La gravedad de estas situaciones es que afectan a un sector de la población muy vulnerable y que condiciona sobremanera la evolución futura. Pero, con certeza, en la medida en que se consiga mejorar las cifras de pobreza en general las de pobreza infantil van a mejorar. Hasta que no haya un descenso significativo en nuestras cifras de paro y temporalidad, las noticias sobre pobreza no van a ser buenas".

Más a medio plazo, Patricio Sánchez está convencido de la importancia de la educación y la formación para el desarrollo de una sociedad. "De hecho señala, no es casualidad que los países que más invierten en esta materia presentan los niveles más bajos de pobreza, desigualdad y vulnerabilidad".

En opinión de Ángel Dorrego, a pesar de la mejoría en los datos macroeconómicos, lo cierto es que la pobreza sigue notándose en la calle. "El 33 de la población española no ha formado parte de ese impulso de la actividad económica, es una parte pasiva que no contribuye a crear riqueza, y eso no lo puede aceptar ningún político. España puede estar saliendo de la crisis, pero hemos dejado un 8 o un 9% más de personas empobrecidas que hace siete años".

Para Unicef, la crisis económica no es la única culpable de la pobreza infantil en España, que ya era elevada con anterioridad. Lo que ha ocurrido, señala la organización internacional en su último informe, es que se ha puesto en evidencia "la debilidad del sistema de protección social en lo que se refiere a los niños; el poco peso que tiene la infancia en las decisiones políticas, reflejado en las importantes reducciones en presupuestos públicos en áreas clave relacionadas con los niños y las niñas; y el poco o nulo análisis de los impactos que la medidas de políticas generales (impuestos, empleo) pueden tener o están teniendo en el bienestar de los niños y sus familias".

Por eso propone un Pacto de Estado por la Infancia que implique a todos los actores sociales, "para avanzar en la aplicación de los derechos del niño y luchar contra la pobreza infantil y por la igualdad de oportunidades de todos los niños".

También la Rede Galega Contra a Pobreza es partidaria de alcanzar un Pacto Nacional contra la pobreza infantil. Su director, Xosé Cuns, destaca asimismo la importancia de trabajo en red, conjuntamente, de las instituciones que luchan contra la pobreza con el objeto de hacer proyectos conjuntos y reducir costes. "Hace tres años, en la Rede éramos unas 80 entidades, y ahora somos 126. Cada vez trabajamos más en el ámbito local, con propuestas compartidas", afirma su director. Por último, Cuns entiende que la pobreza infantil se podría reducir de una forma significativa "si se combatiese el fraude fiscal, que se eleva a 80.000 millones de euros al año. Es mentira que no haya dinero para ayudar a los más necesitados".