Con ébola y con sensación de "abandono". Así estaba ayer Miguel Pajares, el sacerdote español de 75 años y perteneciente a los hermanos de San Juan de Dios, que se encuentra aislado en un hospital de Monrovia, capital de Liberia. Las pruebas médicas confirmaron ayer que Pajares está infectado con el virus, el mismo caso que dos de sus compañeras del centro sanitario.

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, ordenó que se preparase un Airbus A310 medicalizado para proceder a la repatriación de Miguel Pajares. El avión que opera el 45 Grupo del Ejército del Aire estaba listo para despegar desde Torrejón de Ardoz (Madrid) a partir de las cinco de esta pasada madrugada. De esta forma, Miguel Pajares regresará a España siguiendo el protocolo de "máxima seguridad" que estipula la Organización Mundial de la Salud (OMS) en uno de los dos Airbus de que dispone la Fuerza Aérea Española. Estos aviones son normalmente utilizados para el transporte de autoridades del Gobierno y de la Casa Real, aunque también se utilizan para relevo de tropas.

Repatriación

La decisión de repatriar al religioso español se tomó tras celebrarse una reunión por videoconferencia, a instancias de Protección Civil Europea, en la que participaron los ministerios de Sanidad, Interior y Defensa, además de representantes de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

"Me gustaría ir a España porque tenemos muy mala experiencia con lo que ha sucedido aquí. Aquí estamos abandonados. Queremos ir a España y que nos traten como a personas, como Dios manda", afirmaba ayer Pajares, muy débil y con fiebre alta, en declaraciones por teléfono. El estado del religioso es delicado, como ha reconocido él mismo: "Estoy francamente mal, soy incapaz de levantar cabeza".

Cerca de 69.000 personas habían firmado ya, a través de una plataforma online, una petición al Ministerio de Asuntos Exteriores y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que se traslade a España al religioso.

"Repatrien desde Liberia a trabajadores sanitarios que han tenido contacto con casos de ébola y que están aislados" es la petición iniciada el pasado domingo en la plataforma Change.org por Roberto Míguez, periodista y amigo de los religiosos. Se reclama que España actúe como lo hizo Estados Unidos con dos de sus ciudadanos.

La petición se basa en la constancia de que "la situación en Liberia es de total descontrol. La Administración pública no proporciona al personal sanitario las medidas de protección necesarias, muchos trabajadores de la salud han abandonado sus puestos de trabajo por miedo al contagio, los tests a las personas con síntomas no cubre las necesidades, varios centros hospitalarios han cerrado y otros se niegan a admitir pacientes, los enfermos y sus familias ocultan los síntomas"

La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, a la que pertenece Pajares, informó ayer que también han dado positivo en el test del virus las hermanas misioneras de la Inmaculada Concepción Chantal Pascaline Mutwamene (congoleña) y Paciencia Melgar (guineana). Otra religiosa, guineana con pasaporte español dio negativo.

Pobreza endémica

La respuesta de la comunidad internacional a la epidemia de ébola en África Occidental ha sido rápida, pero la falta de medios económicos y humanitarios y la persistencia de costumbres ancestrales en torno a esa enfermedad dificultan los trabajos para contenerla.

Así lo afirma la portuguesa Ana Maria Burguière, del Instituto Pasteur, para quien la virulencia del actual brote del virus, el más letal desde que se detectara en 1976, se debe a esa carencia."El problema de control africano es la falta de infraestructuras", reconoce la investigadora, según la cual el hecho de que esta epidemia en Guinea Conakry, Liberia, Nigeria y Sierra Leona haya registrado casos en núcleos urbanos ha disparado su transmisión. El último recuento ofrecido esta semana por laOMS ofrece un balance de 1.603 personas afectadas en esos cuatro países, y un total de 887 muertes.