Gaitas en los entrantes y mariachis en la sobremesa de la cumbre mexicano-gallega que ayer se celebró en la localidad ourensana de Avión, donde veranea Carlos Slim Helú, el hombre más rico del planeta, según la revista Forbes, y que desde hace años es el principal invitado del empresario Olegario Vázquez Raña.

Con una fortuna de más de 80 mil millones de dólares, el magnate de las telecomunicaciones lideró en términos económicos un encuentro festivo en el que se congregaron personalidades influyentes de ambos lados del Atlántico. El actual presidente del grupo El Corte Inglés, Isidoro Álvarez; el ingeniero civil, Miguel Rincón, propietario de Bio-PAPPEL, la principal productora de papel de México; el dueño de la compañía aérea FlyMex, el capitán Alberto Abed; el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el vicepresidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, y el consejero delegado, Francisco Botas, figuraban en la selecta lista de invitados.

Se celebraba el cumpleaños de María Ángeles Aldir, esposa del anfitrión, un evento que coincide con las fiestas de San Roque en el pueblo natal de Vázquez Raña y una celebración religiosa que el exitoso empresario natural de Avión mantiene imborrable en su agenda. La localidad ya se ha acostumbrado a que en la víspera del día grande del San Roque suenen gaitas y rancheras en la casa de Doña Gela y el pueblo amanece especulando con quienes serán este año los invitados. Carlos Slim ha adquirido ya el rango de habitual, al igual que Isidoro Álvarez, que ayer llegó a Avión acompañado por su esposa María José Guil, ambos con su propia seguridad privada.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, es otro de los amigos de la familia Vázquez Aldir que no se pierde el cumpleaños de Doña Gela, una cita que, además, aprovecha para "hacer contactos", tal y como reconoció al abandonar la fiesta. Salió acompañado por Olegario Vázquez Aldir, hijo del matrimonio anfitrión y uno de los empresarios más importantes de México, donde dirige el Grupo Imagen de comunicación. "Ya hablamos", se despidieron en la puerta pasadas las 21 horas cuando la cocina móvil de la empresa de catering que sirvió la comida empezaba a prender los fogones para preparar la cena.

La fiesta privada se celebró con total hermetismo y en un formato idéntico al de las bodas y las grandes celebraciones. La mayoría de los empresarios que acudieron al evento prefirieron guardar el anonimato revelando de su identidad lo único que ya delataba su acento: "Soy mexicano, nada más".

La fiesta era de comida y cena y los invitados llegaron puntuales al mediodía. Empezaron a desfilar ante la vivienda de los Vázquez Raña a partir de la una de la tarde, cuando la procesión de San Roque salía de la iglesia parroquial de Avión. Hoy se repite la misa con procesión y toda la localidad confía en que Olegario Vázquez Raña y su selecto invitado, el hombre más rico del mundo, participe en el celebración religiosa. Algunos de los feligreses que ayer acudieron a misa recuerdan que el cardenal del Ciudad de México, Norberto Rivera, otro de los amigos de Vázquez Raña, ya ha oficiado esta misa en más de una ocasión. El año pasado fue la última vez, y también Carlos Slim participó en la procesión. Este verano no ha trascendido que Rivera haya viajado a Avión, y el propio Miguel Rincón aseguraba ayer no haberlo visto. La misa con procesión se celebra hoy, a las 13 horas, y la presencia de los magnates ha generado expectación entre los fieles. "Seguro que vienen", decían ayer a la salida de la iglesia.

Una tromba de agua estropeó la llegada de los primeros comensales a la mansión de Don Olegario, lo que obligó al servicio del anfitrión a recibirlos con un paraguas.

Serafín Hermida, propietario del hotel Los Abetos de Santiago, llegó acompañado de su mujer a lo que denominó una fiesta normal a la que acude "todos los años". Mezclándose con los invitados también hacen su aparición los miembros de la Banda de Gaitas del Concello de Beariz, que desde un balcón de la vivienda amenizó con música tradicional los entrantes y los primeros platos de marisco. Cumplida su misión, fueron sustituidos por un grupo de mariachis, con el que se animaron a bailar una buena parte de los comensales.

La comida fue larga y abundante. Desde las tres de la tarde empezaron a circular los contenedores con las bandejas de entrantes y mariscos. Jamón, calamares, pimientos de Padrón y croquetas para abrir boca y pasar a los percebes, pulpo, caldo y santiaguiños. Los niños comieron milanesas con patatas fritas y los mayores solomillo. Por la noche, la cena incluía bogavantes y vieiras.

Doña Gela era la protagonista de la fiesta y aunque muchos invitados llegaron con las manos vacías otros llevaban bolsas con regalos para la querida anfitriona. Lladró, Carolina Herrera, Thema y Sterling son algunas de las marcas que lucían los paquetes.

La presencia del presidente de la Xunta y otras personalidades "relevantes", obligó a la Guardia Civil y a la Policía Autonómica a mantener sendas patrullas en el exterior del domicilio durante toda la jornada. El movimiento de coches que originó esta gran fiesta mexicana causó expectación en el pueblo y sacó a los vecinos a los balcones, decorados con motivo de las fiestas con banderas de España, Galicia y México, país receptor de la mayoría de los emigrantes que abandonaron Avión durante la primera mitad del siglo XX para buscar fortuna. Pero no todos la lograron en el país azteca, otros la hicieron en Suiza, como un hombre que dice ser de la familia de los "Balado", que se pasea con un ruidoso Ferrari rojo por delante de la casa de los Vázquez Raña apagando los sones de los mariachis. El hombre se detiene frente a la puerta para saludar amablemente.

Otros emigrantes retornados recordaban por la mañana en uno de los bares del pueblo que los primeros años en México fueron muy duros para los vecinos de Avión que apostaron por ese país. "No todos llegamos a ese nivel (en referencia a los Vázquez Raña) pero todos tuvimos que sufrir mucho y aguantar", explica Álvaro Barreiro, un empresario del mueble. "Lo primero que te llamaban era 'gachupín' y había que callar", añade.

El convite de los Raña, que se prolongó hasta la madrugada, precedió a la gran fiesta mexicana que hoy se extiende por todo el pueblo, donde gaitas y rancheras, tequila y licor café, serán protagonistas.